Rectora Ariela Judkovski y los desafíos 2024 del Instituto Hebreo
Por LPI

La semana pasada, Santiago de Chile se convirtió en el epicentro del judaísmo masortí internacional. En el Mercaz se realizó la reunión de Masortí Olami y Masortí AmLat - organizada por el Círculo Israelita de Santiago y Nueva Bnei Israel, NBI-, que contó con la participación de dirigentes y rabinos de distintos continentes, reuniendo a más de 40 participantes de 15 países. El encuentro fue histórico: por primera vez, la Asamblea General se llevó a cabo fuera de Estados Unidos, y Chile fue elegido como sede.El propósito central de la Asamblea General Anual fue unirse como un solo movimiento, fortalecer la región, compartir actualizaciones sobre las actividades de Masorti Olami en todo el mundo y delinear la dirección estratégica de la organización.La relevancia del evento no radica únicamente en la elección del país, sino también en el momento en que ocurre: en medio de un Israel en guerra, con comunidades judías alrededor del mundo, buscando fortalecer sus vínculos con el Estado y reafirmar su compromiso sionista pluralista.Chile en el mapa global del judaísmo masortíLa reunión no fue un simple encuentro administrativo. Fue una demostración del rol que Chile y América Latina están asumiendo dentro del movimiento. Organizado por el Círculo Israelita y la NBI, coordinado por el vicepresidente de la junta directiva de AmLat, Luis Negrín, la coordinadora de Masorti AmLat, Adriana Rosenkranz y con la participación de otras instituciones, se convirtió por una semana en un puente entre Jerusalem y la diáspora, la tradición y los desafíos de la modernidad.Para la comunidad chilena, la visita de los líderes de distintas regiones significó un reconocimiento al trabajo realizado por décadas en educación, pluralismo y vida judía inclusiva. Para el movimiento internacional, fue una oportunidad de inspirarse con un modelo de comunidad organizada, vibrante y conectada con Israel.Entre las actividades realizadas, podemos destacar una mesa redonda moderada por el rabino Mauricio Balter, con la participación de los rabinos Eduardo Waingortin (Chile), Gesa Ederberg (Alemania), Rafi Kaiserblueth (Australia) y Harold Kravitz (EE. UU.) en la que se habló sobre ideología y prácticas masortí/conservadoras la que aportó valiosas perspectivas sobre la vida comunitaria judía. El panel sobre “Perspectivas regionales” que reunió a Ezequiel Klas (Chile), Denise Alterwain (Uruguay), Bruce Rigal (Reino Unido) y el rabino Philip Scheim (Canadá), fue moderado por la presidenta de Masorti Olami, Margo Gold, se discutieron algunos de los desafíos regionales, oportunidades de colaboración, lecciones transferibles y áreas donde se necesita apoyo global. El programa incluyó una conferencia magistral del Dr. Robert Funk, politólogo chileno y profesor de la Universidad de Chile, quien ofreció un análisis del panorama político en América Latina y los desafíos frente al creciente antisemitismo. En palabras de Denise Alterwain, presidenta de Masorti AmLat, “Haber tenido el honor de ser anfitriones de la Asamblea General Anual… nos brindó una oportunidad histórica para conocernos mejor, intercambiar ideas y aprender unos de otros. Por primera vez, un evento con estas características únicas se celebró en la región. Nos entusiasma enormemente que este haya sido el punto de partida de una nueva forma de conectar y trabajar juntos, para fortalecer los valores de Masorti a nivel mundial”.La voz del liderazgo mundialMargo Gold, presidenta Masorti Olami, también viajó a Santiago. En entrevista con La Palabra Israelita, explicó por qué se eligió a Chile como sede. “América Latina tiene un valor inmenso para nosotros, y Chile refleja cohesión, liderazgo rabínico y laico colaborativo, compromiso con el pluralismo y estabilidad institucional. Traer aquí nuestra Asamblea General fue un reconocimiento al modelo inspirador que esta comunidad representa para la región y para el mundo”, expresó.Gold destacó la calidez de la recepción: “En el Mercaz fuimos muy bienvenidos por rabinos, dirigentes y miembros. La experiencia de Shabat fue maravillosa, desde los rezos hasta la cena comunitaria. Nos impresionó la fuerza de las instituciones chilenas, la calidad de sus programas y el compromiso con Israel y la generosidad del equipo del Círculo Israelita y la NBI por su hospitalidad y colaboración para organizar este memorable encuentro”.También subrayó los mecanismos de apoyo global a proyectos locales y programas como NOAM (para jóvenes) y MAROM (para adultos jóvenes), que garantizan la continuidad generacional del movimiento. “La sostenibilidad del judaísmo masortí depende de conectar, nutrir y acompañar a nuestras comunidades y Chile es un modelo en este sentido”.La mirada desde Israel: Dr. Yizhar HessEl Dr. Yizhar Hess, vicepresidente de la Organización Sionista Mundial y representante superior de Mercaz, partido masorti en el Congreso Organización Sionista Mundial, viajó especialmente a Santiago para participar en el encuentro. En conversación con La Palabra Israelita, Hess destacó la fuerza espiritual y organizativa de las comunidades chilenas.“Me impresionó mucho la comunidad judía en Chile, especialmente el Círculo Israelita y la NBI, que funcionan con gran eficacia y espiritualidad. Fue una gran experiencia ver cómo los rabinos y líderes logran unir congregaciones vibrantes que crean un verdadero centro judío en Santiago”, señaló.Uno de los momentos que más lo conmovió fue el Kabalat Shabat en el Mercaz: “Ver a tantas personas tan involucradas, participando con tanta emoción, fue una de las experiencias más significativas que he tenido. Definitivamente, uno de los mejores en los que participé”.Hess también recordó la dimensión histórica del organismo que representa: “La Organización Sionista Mundial es, en esencia, la misma que fundó Theodor Herzl en Basilea en 1897. Hoy sigue siendo el Parlamento del pueblo judío y como Mercaz, defendemos una voz judía sólida, moderna, capaz de conectar tradición y cambio”.En su mensaje, recalcó la unicidad del movimiento masortí: “Somos de centro, con un mensaje único. Conectar comunidades, compartir experiencias y mostrar que, aunque no hay dos congregaciones idénticas, compartimos valores fundamentales que nos permiten mantener viva la esencia judía de generación en generación”.“Todos tenemos un lugar en el pueblo judío”Harold Kravitz, ex rabino emérito de Adath Jeshurun (EE.UU.) y vicepresidente Masorti Olami, profundizó en la importancia del encuentro: “hoy somos alrededor de dos millones de judíos en el mundo que se identifican con nuestro movimiento. Cuando enfrentamos cambios sociales y tratamos de ajustarnos a nuevas realidades, estas instancias nos permiten abordar los desafíos comunes y preguntarnos: ¿Qué nos une como comunidades masortíes/conservadoras en todo el mundo?”.Emocionado comentó “nuestro movimiento es vibrante. Compartimos la importancia de Am Israel, el reconocimiento de que somos un pueblo global con una historia compartida, que entiende que el judaísmo ha cambiado y puede seguir cambiando”.El Rab Kravitz explicó que debemos entender que el judaísmo ha evolucionado. “Por ejemplo, el rol de las mujeres ha cambiado y nosotros hemos sabido acompañar esa transformación. Lo mismo ocurre con la interpretación en torno a personas homosexuales: no necesitamos aferrarnos a interpretaciones medievales, sino ser capaces de ir a las fuentes para adoptar nuevas definiciones. En esa búsqueda, cada comunidad descubre cómo relacionarse con estos temas, y no es necesario que todas sean iguales. Lo importante es que todos tenemos un lugar en el pueblo judío”.Para finalizar, dijo que en Chile fue posible abordar todos esos temas, de conocer a la comunidad local. “Tuve el honor de conocer al rabino Eduardo Waingortin, un líder muy talentoso que ha construido una comunidad admirable. Es un privilegio contar con tantos rabinos y personas maravillosas que trabajan comprometidamente para para fortalecer el movimiento masortí en el mundo”.Un mensaje de esperanza en tiempos difícilesEl Dr. Yizhar Hess, al reflexionar sobre el contexto, fue claro: “Viajamos a Chile en medio de uno de los momentos más difíciles de la historia de Israel, tras más de 700 días de guerra. Llegamos con un espíritu pesado, marcado por el recuerdo del 7 de octubre. Pero en Santiago encontramos apoyo genuino: posters de rehenes, cintas amarillas en las sinagogas, y sobre todo, una comunidad que comparte nuestro dolor y nuestra esperanza”.Ese lazo entre Israel y la diáspora fue quizá el mensaje más fuerte del encuentro: la certeza de que, aun en tiempos de crisis, la unidad judía trasciende fronteras.La histórica reunión de Masortí Olami en Chile deja una huella profunda. No solo por haber elegido a Santiago como sede, sino porque reafirma que América Latina —y en particular Chile— tiene un lugar clave en la construcción del futuro del judaísmo masortí. Con la fuerza de sus instituciones, el compromiso de sus líderes y la inspiración de sus comunidades, Chile se proyecta como un puente entre tradición y modernidad, entre Israel y la diáspora, entre la memoria y la esperanza.--¿Qué es Masortí Olami?Masortí Olami es la representación política global del Movimiento Masortí/Conservador en las instituciones sionistas internacionales, como la Organización Sionista Mundial, la Agencia Judía, Keren Kayemet LeIsrael y Keren Hayesod. Desde su sede en Jerusalem, promueve el pluralismo religioso, la igualdad y el reconocimiento de la corriente conservadora tanto en Israel como en la diáspora.Su misión es clara: asegurar que la voz masortí tenga un lugar en la mesa de decisiones donde se define el futuro del pueblo judío. Entre sus logros históricos están el reconocimiento de conversiones conservadoras, la promoción de la igualdad de género en la vida comunitaria, la defensa de los derechos LGBTQ+ y el impulso a programas de justicia social en Israel y la diáspora.En Chile, cuenta con un capítulo activo que vincula al país con el movimiento global, fortaleciendo la participación de la comunidad local en el diálogo sionista internacional.
El director de cine Quintín Tarantino, en su película “Bastardos sin Gloria”, nos presenta en el capítulo uno una escena que parece inofensiva, pero que termina siendo terrorífica. En esta se ve a un oficial nazi que visita a un granjero francés para averiguar si este esconde a judíos en su casa. Sentados alrededor de la mesa del comedor, este oficial amablemente pide un vaso de leche y solicita conversar en privado. El agricultor que está muy asustado le dice al oficial que ya se había hecho una investigación al respecto y que el resultado de la investigación fue negativo. Con una gran sonrisa y en un tono muy jovial, el oficial le explica que su deber es hacer este “trabajo” y que, como sabrá, es un delito esconder judíos. Finalmente, los judíos son descubiertos y, como parte del “trabajo”, se procede a ejecutarlos. En ningún momento el oficial tuvo algún reproche moral, por lo que ordenó, su único interés era hacer bien su “trabajo”. Toda esta escena dura aproximadamente diez minutos, tiempo suficiente para que el director nos enseñara lo que Hannah Arendt llamó “La Banalidad del Mal”.En los dos últimos años, desde la tragedia del 7 de octubre, son muchos los jefes de Estado, políticos, periodistas y otros que sin vestir un traje negro con calaveras en las solapas usan el mismo tipo de discurso y puesta en escena para explicar lo inexplicable. Excentricidades como que las víctimas son las responsables o que la solución es la desaparición de la “Entidad Sionista” se han repetido hasta el hartazgo. ¿Qué diferencia hay entre estos discursos y los discursos en el Holocausto? La respuesta es inequívoca: ninguna. Hoy el uniforme es chaqueta y corbata. El odio forma parte de la ideología y los culpables seguimos siendo los judíos. Al igual que a mediados del siglo XX, hoy los que se suman al odio son los resentidos y envidiosos de siempre que buscan figurar para obtener algún beneficio. Hoy existe una diferencia y se llama Estado de Israel. Qué distinto habría sido todo si Israel ya hubiera existido. Si alguien cree que sin Israel nos dejarían tranquilos, se equivoca. Por dos mil años Israel no existió físicamente y nos trataron de exterminar todo el tiempo. Judaísmo y sionismo son uno solo, nuestros enemigos no hacen diferencia.Como judíos y comunidad debemos estar atentos a reconocer a los nuevos oficiales que ahora usan chaqueta y corbata. El mundo esperaba que agacháramos la cabeza y aceptáramos nuestro destino. Ya no más, el judío se defiende y persevera y es por una razón fundamental: somos un pueblo ético. Y esta es la razón por la que nos odian. A pesar de haber sido víctimas del mayor crimen de la historia, seguimos aportando a la mejora de la humanidad. No hacemos diferencia.Más temprano que tarde, los acontecimientos actuales habrán terminado y pasarán a formar parte de la historia. Los que nos odian no lo olvidarán. Los judíos tampoco.
El 8 de septiembre fuimos testigos de un trágico atentado terrorista en la intersección de Ramot, en Jerusalén, barrio ultra ortodoxo, donde seis personas perdieron la vida y 21 quedaron heridas cuando un autobús fue atacado por dos terroristas.En medio del caos, fue un estudiante graduado de yeshivá, también soldado haredí de la brigada Hashmonaim, quien con decisión y coraje neutralizó a uno de los atacantes y evitó que la masacre fuera aún mayor.Lo ocurrido no solo refleja la valentía de un joven de 23 años: demuestra con hechos que los jóvenes ultra ortodoxos pueden formar parte activa en la defensa del pueblo de Israel.El debate de fondoEn la creación del Estado se dio autorización a un número limitado de haredím, 400, para eximirse del ejército. Con el correr de los años, esta situación se ha distorsionado a niveles de crear una suerte de “status quo” que permite a los jóvenes haredím, que estudian a tiempo completo en yeshivot, recibir aplazamientos o exenciones del servicio militar obligatorio. El problema es que una gran cantidad de ellos estudia en forma parcial o no lo hace, pero tampoco se enlistan.Esa exención ha sido fuente de tensiones crecientes: para unos, representa una desigualdad en el esfuerzo compartido para la seguridad nacional; para otros, es parte esencial de la identidad religiosa ultra conservadora.Un % alto de los ultra ortodoxos quieren que sus hijos estudien materias básicas y puedan trabajar. Pero los líderes no lo permiten. Hay temor a las consecuencias. Si se salen de la línea trazada, pueden perder sus trabajos, más aún, son expulsados de las yeshivot y no consiguen pareja para casarse.Situación legalEl 25 de junio de 2024, el Alto Tribunal falló unánimemente que el Estado debe comenzar a reclutar a los hombres haredím elegibles para el servicio militar, puesto que no existe base legal para mantener las exenciones generales.Asimismo, resolvió que las yeshivot que reciban subsidios estatales, pero permitan que sus estudiantes eviten el servicio sin una exención formal, no podrán seguir recibiendo fondos.En septiembre, el comité de Relaciones Exteriores y Defensa de la Knesset reinició los debates sobre el proyecto de ley regulatorio del reclutamiento haredí prácticamente desde cero. Los partidos ultra ortodoxos presionan con bloqueos de carreteras y amenazas políticas para mantener concesiones o demorar la legislación. Lo que está claro es que la coalición necesita a los partidos haredím, por lo que estos tienen margen de maniobra para negociar concesiones o retrasarlas. En el intertanto, otro aspecto a considerar, es el gran daño que han provocado las graves fracturas internas en la sociedad israelí. Estas nos han debilitado y el enemigo ha celebrado todas y cada una de ellas. Una obligación sagradaEstudiar Torá es una labor noble y valiosa. Pero proteger la vida de nuestros ciudadanos es también un deber sagrado. No puede recaer solo en un sector de la población.En la ultra ortodoxia se cree que los hombres que dedican su vida al estudio religioso protegen espiritualmente a la nación. “Toratam umanutam” (“La Torá es su ocupación”) es la frase clave que justifica esa dedicación exclusiva.Sin embargo, la sociedad ultra ortodoxa es parte indiscutible del hogar nacional y, como tal, tiene derechos y deberes. No porque lo pidan los seculares, sino porque es una obligación moral, halájica y judía. Es perfectamente posible combinarlo, de hecho hay unidades del ejército en la marina, información, infantería, tanques y otras, en las que hombres y mujeres no están juntos, reciben comida kosher, hay clases de Torá, tienen tiempo para rezar. Incluso disponen de un rabino que los acompaña.Algunas cifrasDesde el inicio de la guerra del 7 de octubre de 2023, murieron cerca de 900 soldados, y unos 18.000 resultaron heridos.Más de 10.000 sufren afecciones de salud mental, y de ellos, 3.650 han sido diagnosticados con PTSD. El déficit actual es de alrededor de 12.000 soldados.Se han identificado unos 80.000 varones haredím entre 18 y 24 años que serían elegibles para el servicio, pero que no se han enlistado aún. La meta para el año de reclutamiento que terminó en junio de 2025 era de 4.800, pero apenas se alcanzarán unos 2.800.ConclusiónCuando cada joven asume su parte en la defensa nacional —sea en el ejército, en el servicio civil o en otras formas— estamos construyendo un país más justo, más fuerte y más unido.Pero más importante aún: Israel enfrenta un riesgo existencial. Cada soldado cuenta. Las plegarias no detienen a quienes nos lanzan misiles para destruirnos: eso lo logra solo el ejército de Israel.El gesto de aquel soldado haredí no fue solo un acto de valentía, fue también una lección. Nos enseñó que la seguridad de Israel es un tesoro común, que no distingue entre quien reza, estudia o trabaja.Vestir el uniforme no borra la fe, la engrandece. Tal vez lo que Israel necesita aprender es que, incluso en la fe más profunda, hay un mandamiento que lo abarca todo: salvar la vida. Y para eso, también se debe vestir el uniforme.-Contacta a Miriam Herschman, profesora de escritura creativa miriam.herschman.c@gmail.com
Cuando llegan estos días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, no venimos a pedir que borren lo que fuimos, sino a atrevernos a ser quienes podemos llegar a ser. Nuestros sabios dicen que “la teshuvá, la tefilá y la tzedaká anulan los malos decretos” (Unetané Tokef). No es magia. Es trabajo interior.Teshuvá es volver. Volver a la versión de nosotros que dejamos olvidada entre el ruido. Rambám enseña que la teshuvá verdadera es cuando uno se enfrenta a la misma situación y actúa diferente (Hiljot Teshuvá 2:2). No es cargar con culpa: es mirar de frente lo que no funcionó, asumirlo, y decidir qué vamos a hacer distinto. A veces basta con una conversación pendiente, con dejar de justificarse, con decir: “Sí, eso fue un error, y quiero hacerlo mejor”.Tefilá es hablar con D-os, pero sobre todo escucharte a ti mismo. El Talmud cuenta que Jana “oró desde lo profundo de su corazón” (Berajot 31a). Eso es tefilá: palabras que no tienen que sonar bonitas, solo sinceras. Puede ser el rezo tradicional, o puede ser quedarte en silencio unos minutos al día para preguntarte: “¿Qué necesito? ¿Qué agradezco? ¿Qué deseo soltar?”. No oramos para cambiar a D-os, oramos para que Dios nos cambie a nosotros.Tzedaká es justicia. Isaías dice: “Parte tu pan con el hambriento… no te escondas de tu hermano” (Isaías 58:7). Es elegir no vivir solo para uno. Ayudar no solo con dinero, sino con tiempo, atención, escucha, contactos, abrazos. Cada acto de bondad reordena un poco el mundo.Teshuvá limpia el pasado. Tefilá ilumina el presente. Tzedaká abre el futuro. Y juntas, nos recuerdan que no estamos atados a lo que fuimos: podemos volver a empezar, con más verdad, más fe y más amor.
Rudolph Marcus nació en Canadá el 21 de julio de 1923, hijo de Esther Cohen y Myer Marcus. Su familia procede de Lituania. Creció en un barrio judío de Montreal, pero también pasó parte de su infancia en Detroit, Estados Unidos. Su interés por las ciencias comenzó a una edad temprana. Destacó en matemáticas en el instituto Baron Byng. Luego estudió en la Universidad McGill, donde tomó más cursos de matemáticas que un estudiante medio de química, lo que más tarde le ayudaría a crear su teoría sobre la transferencia de electrones. Se licenció en 1943 y se doctoró en 1946, ambos en la Universidad McGill. En 1958, se nacionalizó estadounidense. Tras licenciarse, en 1946, trabajó primero en el Consejo Nacional de Investigación de Canadá y después en la Universidad de Carolina del Norte y en el Instituto Politécnico de Brooklyn. En 1964, enseñó en la Universidad de Illinois. En 1992 recibió el Premio Nobel por sus investigaciones de reacciones por transferencia de electrones. Estas reacciones juegan un papel importante en la fotosíntesis en que las plantas usan la energía solar para producir oxígeno a partir de dióxido de carbono y agua, en la respiración de los humanos y otros seres vivos, y también en muchos otros procesos tales como la corrosión de metales, la emisión de luz por luciérnagas o el funcionamiento de baterías recargables de autos. La transferencia de electrones puede ser una de las formas más básicas de las reacciones químicas, pero sin ella la vida no podría existir. En el proceso de oxidación de las moléculas de los alimentos, dos iones de hidrógeno, dos electrones y una molécula de oxígeno reaccionan para dar lugar a una reacción exotérmica (que genera calor), así como a una molécula de agua. Debido a que la transferencia de electrones es una reacción tan amplia, común y esencial dentro de la naturaleza, la teoría de Marcus se ha convertido en algo vital dentro del campo de la química.Los nuevos desarrollos surgen como resultado de experimentos inéditos que arrojan resultados inesperados dijo Marcus para describir cómo surgió la teoría de la transferencia de electrones, que le valió el Premio Nobel de Química. El químico teórico, considerado entre los científicos más prominentes del mundo, comenzó a desarrollar la teoría de las reacciones de transferencia de electrones en los sistemas químicos en la década de 1950, cuando trabajaba en la Universidad Politécnica de Brooklyn. Marcus recibió títulos honoríficos de muchas universidades, incluso un doctorado honorario de la Universidad de Santiago de Chile en 2018, y muchos premios antes del Nobel en 1992. Durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, presidió el jurado que otorgó las Cátedras Presidenciales en Ciencia entre 1995 y 1997, dictó la conferencia inaugural del 44° Congreso Internacional de Químicos Teóricos de Expresión Latina en Santiago, en el que el rector de la PUC, Ignacio Sánchez, le entregó la Medalla Monseñor Larraín Gandarillas por su gran contribución a nivel global. Tiene 10 títulos de Doctor Honoris Causa de universidades estadounidenses, canadienses, europeas y japonesas, es miembro honorífico de muchas sociedades científicas nacionales e internacionales, ha publicado cientos de artículos científicos originales, artículos de revisión, libros y capítulos de libros. De 102 años, está casado con su mujer durante 50 años, y es padre de tres hijos.
Ralph Steinman nació el 14 de enero de 1943 en Canadá, hijo de inmigrantes de Europa oriental. Su padre, Irving, y su madre, Nettie, eran dueños de un almacén. Recibió la licenciatura en ciencias en la Universidad McGill de Montreal y su doctorado en medicina en 1968 en la Universidad de Harvard. Completó su formación médica en el Hospital General de Massachusetts. Fue investigador en biología celular de la Universidad Rockefeller. En 1973, acuñó el término “célula dendrítica” durante su postdoctorado en la Universidad Rockefeller. Las células dendríticas, llamadas así por su forma arborizada, median la comunicación entre antígenos dañinos y los linfocitos T linfáticos (glóbulos blancos que activan moléculas para combatir estos antígenos). Steinman demostró que estas células dendríticas son capaces de capturar invasores, como el virus del resfriado común, y enviar señales a linfocitos específicos para que los destruyan.Steinman dedicó el resto de su carrera a investigar cómo estas células especiales podrían utilizarse para combatir el VIH y el cáncer. Sin embargo, los antígenos tumorales liberados por las células cancerosas evaden el sistema inmunitario eliminando o escondiéndose de las células T defensivas. La quimioterapia destruye directamente las células cancerosas, pero también destruye células sanas. Gracias a investigaciones de Steinman, los tratamientos de inmunoterapia contra el cáncer pueden aprovechar la capacidad selectiva del sistema inmunitario natural. Las vacunas de inmunoterapia manipularían las células dendríticas para capturar antígenos tumorales y presentarlos a linfocitos específicos del cáncer, mejorando la capacidad del organismo para encontrar y destruir células cancerosas con mucha mayor precisión que la quimioterapia. Sin embargo, la quimioterapia actúa con relativa rapidez mientras la inmunoterapia fortalece el sistema inmunitario con mucho tiempo. Se estima que alrededor del 10% de los pacientes con cáncer pueden beneficiarse de los tratamientos de inmunoterapia. Sin embargo, se espera que esta cifra aumente a medida que más investigaciones revelen cómo funcionan estos mecanismos.En 2007, cuando Steinman recibió el diagnóstico de cáncer con una esperanza de vida de 6 meses, envió muestras de su tumor a laboratorios de inmunoterapia de todo el mundo. Steinman sabía que quizás era demasiado pronto para este tipo de tratamiento; aun así, depositó su fe en su investigación y se convirtió en su propio paciente. Logró prolongar su vida tres años y medio más de lo previsto y mantuvo una buena salud física durante la mayor parte del tiempo. Finalmente, el cáncer dejó de responder a las vacunas y la enfermedad se extendió por todo su cuerpo. Falleció el 30 de septiembre de 2011, apenas tres días antes de saber que le habían concedido el Premio Nobel de Medicina, siendo el único fallecido galardonado con un premio Nobel, y que se convirtió en paciente de su propia investigación. La Fundación no otorga el Premio a personas fallecidas, pero en el momento del anuncio, la noticia de su fallecimiento aún no había llegado al comité del Nobel, por lo que decidieron que su esposa e hijos podrían aceptar el premio en su nombre. Steinman recibió numerosos galardones tales como el Premio Albert Lasker, el de la Fundación Internacional Gairdner y el William B. Coley del Instituto para la investigación del cáncer de Estados Unidos; fue elegido miembro del Instituto de Medicina y de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
La enciclopedia más leída del mundoSi alguna vez alguien buscó la biografía de un personaje, un hecho histórico o detalles sobre un conflicto, lo más probable es que haya recurrido a Wikipedia. La plataforma es gratuita, rápida y está al alcance de todos. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar quién escribe lo que allí leemos.Conversamos con el experto en reputación online y miembro del consejo “La Voz del Pueblo” del presidente Isaac Herzog, David Wiseman, para conocer más de este tema. Para él hoy existen dos guerras paralelas: la que ocurre en Gaza y la que ocurre en el ciberespacio. Al respecto, asegura que “Wikipedia es un campo de batalla tomado por soldados con teclado”.El entrevistado subraya que el problema no es menor:“Lo que se escriba hoy marcará la memoria colectiva del mañana. Incluso los libros de historia y los sistemas de inteligencia artificial se alimentan de Wikipedia”.Cuando cada palabra cuentaWikipedia se rige por reglas, fuentes y un espíritu de colaboración global. Pero, según Wiseman, esas reglas son maleables:“Más allá de las referencias, cada palabra importa. Un término puede suavizar o agravar la percepción de un hecho”.Y trae ejemplos concretos: Masacre en el festival de música Re’im: “Pese a ser el peor ataque terrorista de la historia de Israel, allí los perpetradores aparecen como militantes. En cambio, en el 11-S o los atentados de Londres se habla de terroristas”.Explosión en el hospital al-Ahli: “Al principio se atribuyó a Israel. Cuando se probó que fue un cohete de Hamás, las correcciones llegaron tarde. El daño ya estaba hecho”.Página sobre “genocidio contra los palestinos”: “Creada en octubre de 2023 a partir de un único paper académico. Pese a críticas y solicitudes de borrado, sigue publicada, reforzando narrativas contra Israel”.La conclusión, dice Wiseman, es clara:“Si organismos como la ONU o medios como The New York Times muestran parcialidad, Wikipedia la amplifica”.Medios, narrativas y dobles estándares—Usted señala que la cobertura mediática sobre Israel es distinta a la de otros conflictos. ¿Por qué?“Es muy evidente. Israel concentra muchísimos periodistas, más que zonas donde ocurren conflictos graves en África o Asia. Eso genera una obsesión mediática. Pero la segunda cuestión es si los periodistas realmente buscan la verdad o si quieren ser protagonistas de la historia. Muchas veces, dejan de ser observadores para convertirse en actores”.—¿Qué rol juega Wikipedia en este escenario?“Wikipedia es tanto un síntoma como una causa. Refleja lo que dicen los medios y la ONU, pero también amplifica sesgos. Lo crítico hacia Israel se publica sin trabas; lo que lo defiende o matiza, se rechaza”.—¿Puede dar un ejemplo?“En las páginas sobre crímenes sexuales queda claro. La que se refiere a Hamás minimiza los abusos del 7 de octubre, describiéndolos como reportados o controvertidos (ver aquí). En cambio, la que trata supuestos abusos del ejército israelí es categórica, citando a la ONU o a B’Tselem (ver aquí)”.La conversación deriva hacia un tema más amplio: el antisemitismo.“La tecnología avanza, pero la evolución ética no. Hace siglos se usaba el libelo de sangre o la acusación deicida para perseguir judíos. Hoy, aunque tengamos internet y redes sociales, esos prejuicios resurgen disfrazados en narrativas conspirativas y virales”.Las plataformas de inteligencia artificial tampoco escapan:“La IA refuerza y repite el sesgo. Si Wikipedia está contaminada, ChatGPT y otros sistemas lo replican. Es una tercera capa de desinformación que multiplica el problema”.¿Qué hacer?Ante la magnitud de la situación, Wiseman es categórico:“La única salida es que la Fundación Wikipedia reconozca que la situación está fuera de control. Fue pensada para construir conocimiento en colaboración, pero hoy está tomada por soldados digitales con agendas políticas. Si no se restablece la credibilidad, terminará siendo irrelevante”.La advertencia no es menor. Todos recurrimos a Wikipedia porque es rápida y confiable en apariencia. Pero justamente por eso, sus sesgos son más peligrosos. Lo que se publique allí no solo afecta a lectores casuales: moldea currículos escolares, artículos académicos, cobertura mediática y hasta el entrenamiento de inteligencias artificiales.Wiseman cierra con una reflexión poderosa:“La información también es un arma. En el caso de Israel, se usa para normalizar prejuicios, suavizar a terroristas y amplificar acusaciones infundadas. Por eso debemos leer, pero también cuestionar”.Esta entrevista nos recuerda que la lucha por la verdad no se libra únicamente en campos de batalla, sino también en la esfera digital. Wikipedia, la enciclopedia más consultada del planeta, puede convertirse en un espacio de construcción de conocimiento o en un amplificador de prejuicios. En tiempos de guerra, cada edición, cada palabra y cada omisión se convierten en parte de un frente más amplio: el de la memoria y la narrativa global.Un mensaje finalTenemos un desafío claro: verificar cualquier información antes de difundir, compartir solo fuentes confiables y educar sin polemizar. Así podemos contribuir a que la información sea más precisa, y no caiga en distorsiones ni manipulaciones.---¿Qué es la iniciativa «La Voz del Pueblo»?Es una iniciativa del presidente israelí Isaac Herzog para reunir a diversos líderes judíos de todo el mundo. Funciona como un consejo mundial que aborda los desafíos y las oportunidades de la comunidad judía global.Su objetivo es fomentar un diálogo sobre los desafíos y las oportunidades que enfrenta el pueblo judío y transformar este diálogo en estrategias viables. El consejo está compuesto por 150 miembros judíos seleccionados de todo el mundo.
El deporte escolar chileno tiene un nuevo motivo de orgullo, y la comunidad judía también. El equipo de handball femenino, categoría infantil del Instituto Hebreo se coronó campeón del Torneo Nacional Escolar, el campeonato más importante del país en esta categoría, logrando el derecho de representar a Chile en el Sudamericano Escolar de Asunción, Paraguay, a fines de noviembre.Para el entrenador Técnico Felipe Maurín, este triunfo tiene un valor que trasciende lo deportivo: “La experiencia es inolvidable para nosotros si lo vemos en el marco educativo y todo lo que esto conlleva a nivel escolar. No se trata solo de ganar, sino de formar personas a través de la disciplina y el compromiso”.El camino no fue sencillo. El equipo había quedado con un sabor amargo el año pasado, cuando perdió la final. Esa derrota, sin embargo, se transformó en motor: “Nos propusimos este año ganarlo. Fue un trabajo sistemático, comprometido, bien duro, con mucha exigencia, planificación, partidos y entrenamientos. Este es el resultado de un proceso de dos años”, subrayó Maurín.El logro no solo pertenece a las jugadoras, sino a todo un cuerpo técnico y una institución que creyó en el proyecto. “Estamos muy orgullosos del apoyo de todos los profesores, del equipo directivo de nuestro departamento y felices de poder darle esta alegría al Instituto Hebreo y a toda la comunidad”, añadió el entrenador.El compromiso y la entrega de las chicas fue clave: “Durante estos dos años se comprometieron a trabajar consistentemente para lograr el objetivo final, que era salir campeonas. La disciplina y la constancia fueron fundamentales”, destacó Maurín.En la ceremonia de premiación, además del título colectivo, llegó un reconocimiento que llenó de orgullo al colegio: Laila Klas recibió un doble galardón, como mejor central y mejor jugadora del torneo. Un logro que refuerza la calidad individual y el espíritu de equipo que caracteriza a esta generación.Con la mira puesta en el Sudamericano, el desafío ahora se redobla: “Este título nos da derecho a representar a Chile, y vamos con la responsabilidad y la ilusión de dejar en alto no solo al Instituto Hebreo, sino al país entero”, concluyó Maurín.Un tremendo aplauso comunitario a este equipazo y a sus profesores y entrenadores Felipe Maurín, Ayudante Técnico Rodrigo Bown y Delegado Tamara Kovacic, quienes con esfuerzo y dedicación llevaron al Hebreo a este gran logro.El Instituto Hebreo ya tiene una marca en la historia del handball escolar chileno. Y con esfuerzo, trabajo en equipo y pasión, estas jóvenes campeonas están listas para enfrentar el desafío continental.Colegio Instituto Hebreo, que representa a toda la región Metropolitana: Laila Klas, Maia Silva, Ariela Bonder, Carolina Brenner, Noa Benzaquen, Lia Ventura, Sofia Arancibia, Florencia Bronstein, Sara Mayerson, Fernanda Risnik, Josefa Hung y Laura Bernal.
La palabra Tikvá representa para el judaísmo no solamente esperanza, sino recorrido histórico. ¿A qué me refiero? Estamos empezando las altas fiestas y entonces miramos alrededor y miramos dentro de nosotros. Cuando miramos alrededor, encontramos un mundo lleno de interrogantes.Desde lo económico, grandes cambios en las normas del comercio internacional. Desde lo político, siguen las guerras en Ucrania y tristemente no termina todavía la guerra en Israel. Desde lo social, vemos como la inteligencia artificial nos abre caminos increíbles, impensados, pero también grandes interrogantes acerca de las posibilidades de conseguir trabajos en el futuro. Y en nuestro país, una incógnita gigante acerca de lo que sucederá en estos próximos días con las elecciones. Por eso la palabra Tikvá aparece con mayúscula en estos días del comienzo del año judío.Tikvá representa no solo la esperanza del futuro, sino Tikvá nos referencia también a nuestro legado histórico. Porque fue esa Tikvá, esa esperanza, la que mantuvo al pueblo de Israel en todas las vicisitudes y en todas las ocasiones difíciles que tuvimos que atravesar. Y fue esa esperanza la que a través de una canción se transformó en el himno del Estado de Israel.Cuando miramos hacia atrás, vemos un camino recorrido, difícil, pero exitoso porque llegamos hasta el día de hoy. Y podemos imaginar un futuro que no sabemos si será fácil, pero que Tikvá, que la Tikvá abrirá las aguas y nos permitirá pasar por un lugar seco hasta la otra orilla. Si pensamos en el año que hemos pasado, con sus dificultades, decimos con el poeta: “תכלה שנה וקללותיה תחל שנה וברכותיה ” que se termine un año con sus dificultades y con sus maldiciones y que comience un año con las bendiciones.Ese es mi deseo de corazón para esta linda familia que es nuestra comunidad. Y para Chile, y para el Estado de Israel, y para todo el mundo.Rab Eduardo Waingortin
El 7 de septiembre de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó que se estaba negociando un acuerdo para el alto al fuego y la liberación de rehenes en la Franja de Gaza. Según Trump, Israel había aceptado la propuesta, pero no así el movimiento Hamás, el que buscaría un acuerdo integral que contemple el cese al fuego, la entrada de ayuda humanitaria, la retirada israelí y una administración local independiente. Dos días después, el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, confirmó que Israel había aceptado esta propuesta de paz, bajo dos condiciones: que el movimiento terrorista libere a todos los rehenes (se estima que son 48, vivos y muertos) durante el primer día del alto al fuego, y que este deponga las armas. También se contemplaba la liberación de presos palestinos y el comienzo de negociaciones de paz para el término de la guerra con la supervisión del propio presidente Trump.La propuesta estadounidense tiene lugar en un contexto de agudización de la guerra en Gaza, con una creciente oposición interna israelí, intensificada por las manifestaciones de los familiares de los rehenes convocando a protestas nacionales. En este sentido, el nuevo plan estadounidense surge en un marco de intensificación del conflicto, por lo cual esta propuesta pareciera ser un intento de Washington por mitigar la crisis o bien influir para una solución definitiva al conflicto.Hay que señalar que el presidente estadounidense ha anunciado previamente otros planes de paz para Gaza. Tras asumir su segunda presidencia, en enero de 2025, señaló su intención de terminar con la guerra en Gaza, proponiendo enviar a la mayor parte de la población de la franja a Egipto y Jordania, con la finalidad de crear un corredor de seguridad controlado por Estados Unidos. Con posterioridad, en julio del mismo año, con motivo de un encuentro entre Trump y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el presidente anunció que Israel y Hamás estaban negociando en Qatar una propuesta elaborada por Washington para una tregua en los bombardeos israelíes en Gaza y la liberación de los rehenes que permanecen en manos del grupo islamista palestino. Es importante mencionar que Qatar, un actor clave en la diplomacia de Medio Oriente, ha desempeñado un papel fundamental como mediador en este conflicto, manteniendo líneas de comunicación con ambas partes, lo que le ha permitido facilitar un diálogo que, de otro modo, sería imposible. La elección de Qatar como sede para estas negociaciones obedece a sus buenas relaciones con las potencias occidentales, especialmente con Estados Unidos, así como con grupos como Hamás. Ahora bien, todavía resulta difícil saber si el reciente ataque de Israel en contra de la oficina de Hamás en Qatar, ocurrido el 9 de septiembre, afectará o no el papel mediador de Doha y en qué medida podría influir en el logro de un acuerdo de paz para Gaza, que garantice la seguridad de Israel y la liberación de los rehenes israelíes, a casi dos años de su cautiverio.
Acabo de regresar de la Convención sobre Humanidad y Tecnología en San Francisco. Miles de científicos e innovadores de vanguardia se reunieron para explorar la convergencia de la humanidad con los últimos avances tecnológicos. Ahora puedo confirmar lo que la mayoría de nosotros ya presiente: nuestro mundo pronto será radicalmente diferente. Y no en décadas, sino en años. La Inteligencia Artificial ha redefinido el desafío del progreso. A diferencia de revoluciones pasadas—como la del vapor, la electricidad y el internet—la IA no solo desafía nuestros empleos o habilidades. Penetra más profundamente. Desafía nuestra identidad. Imita nuestras voces, reproduce nuestra creatividad y traspasa nuestra capacidad de tomar decisiones. Ya no solo nos sirve, sino que empieza a reemplazarnos. Los humanos ya no son necesarios por su capacidad de pensar, sentir o juzgar. La IA escribe nuestras canciones, pinta nuestros cuadros, narra nuestras historias y diagnostica nuestras enfermedades. Lo que antes requería la lenta alquimia de la imaginación humana, ahora toma apenas unos segundos de procesamiento de máquina. Creíamos que la creatividad y el ingenio eran un bastión impenetrable del espíritu humano. Pero la IA ha encontrado la forma de entrar. Recuerdo vívidamente cuando el maestro de ajedrez Garry Kasparov perdió ante Deep Blue de IBM en 1997. Nos encogimos de hombros. Era solo una máquina astuta calculando más rápido que un humano. Deep Blue costó 100 millones de dólares, pesaba 1.5 toneladas y llenaba dos gabinetes del tamaño de refrigeradores. Podía derrotar a un gran maestro en ajedrez, pero no podía reconocer una sonrisa ni cantar una canción de cuna. Hoy, tu teléfono inteligente es millones de veces más potente que Deep Blue. Identifica tu rostro y comprime tu vida en un dispositivo que llevas en el bolsillo. Y eso es solo el principio. Los implantes neuronales, los miembros biónicos, la conciencia sintética y los robots que simulan emociones ya están en desarrollo. La línea entre el código y la conciencia se está difuminando más rápido de lo que podemos comprender. Sin embargo, una contrarrevolución está en marcha. En este nuevo entorno, las emociones se convertirán en un lujo. La autenticidad será un bien escaso. La gente anhelará lugares donde el sentimiento sea sagrado y donde ser visto y valorado no pueda reducirse a una fórmula. A medida que la Inteligencia Artificial se expanda, también lo hará el deseo de otra IA: la Intimidad Auténtica. Estamos entrando en una era en la que las personas buscarán santuarios de significado; espacios donde lo sagrado supere la eficiencia, donde el alma prevalezca sobre los datos y la dignidad triunfe sobre la clonación digital. La pregunta “¿Qué significa haber sido creado a imagen y semejanza de Dios?”, volverá, con renovada urgencia, al centro de nuestra conversación colectiva. Creo que esto significa que estamos entrando en tiempos de extraordinaria oportunidad para las instituciones religiosas. El judaísmo, si decide estar a la altura de las circunstancias, tiene profundos regalos que ofrecer. Nuestra tradición enseña que el ser humano no es simplemente una máquina pensante (Homo sapiens) o un trabajador productivo (Homo faber). Somos tzelem Elokim, creados a imagen y semejanza de D-s. Esa identidad no puede ser subcontratada ni replicada. Es espiritual. Es sagrada. Es nuestra. Sin embargo, me preocupa. A medida que el antisemitismo aumenta y las presiones políticas se intensifican, nuestro enfoque comunitario se ha reducido a la supervivencia. Es comprensible. Debemos protegernos. Sin embargo, también debemos recordar que estamos entrando en una era en la que el valor mismo del ser humano está en juego. Si el judaísmo se reduce a la política y la preservación, perderá su llamado profético. Debemos declarar: El Shabat no es solo un ritual, sino una afirmación de la dignidad humana. En un mundo que nunca deja de producir, responder y actualizarse, el Shabat es una resistencia sagrada. Reclama nuestro tiempo de la tiranía del algoritmo. Nos recuerda: no eres una máquina. No eres un producto. No te define tu rendimiento. Eres un alma. Un día a la semana, nos bajamos de la cinta de producción y redescubrimos nuestra humanidad, no retirándonos del mundo, sino santificándolo. La oración es una práctica de vulnerabilidad.Pronunciamos palabras que no están optimizadas para generar un impacto, sino que se ofrecen desde el corazón. Hacemos una pausa. Reflexionamos. Pedimos. En una cultura obsesionada con la confianza y el control, la oración es el acto radical de decir: “Necesito. Siento. Me pregunto”. La Torá nos recuerda que el significado no se encuentra en la velocidad o la escala, sino en la relación. Lo Divino se revela no a través de datos, sino a través de la presencia. A través del diálogo. A través de historias. A través de momentos de temblor, perdón y asombro. Estas prácticas —Shabat, oración, aprendizaje— nos entrenan para ser humanos en un tiempo que olvida lo que eso significa. La lA seguirá avanzando. Esto es una bendición. Puede ayudarnos a resolver problemas complejos, mejorar la salud, extender la capacidad humana y liberar tiempo. Pero a medida que las máquinas se vuelven más poderosas, se vuelve cada vez más urgente proteger lo que no se puede programar: el asombro, la compasión, el amor, la maravilla, el perdón, la comunidad y la santidad. En un mundo de inteligencia artificial, que el judaísmo sea un manantial de sabiduría auténtica. En una cultura que se inclina hacia la perfección de la máquina, volvamos a la poesía de la imperfección y a la santidad de la presencia.Regresé de San Francisco con optimismo. Me encontré con algunos de los científicos más influyentes del mundo, muchos de los cuales estaban profundamente preocupados por las implicaciones humanas de su trabajo. Sin embargo, me sentí solo. Hasta donde pude ver, fui el único líder religioso presente. Conocí a muchos judíos, mentes brillantes en ciencia, emprendimiento e inversión. Pero la mayoría de ellos, cuando les pregunté sobre su vida espiritual, respondieron: “Soy budista”. El mundo busca la profundidad espiritual. El judaísmo la tiene. Pero solo si nos atrevemos a dar un paso al frente. Es hora de encarnar el judaísmo ante los mayores desafíos de la humanidad. No solo para sobrevivir, sino para liderar.
Barry Barish nació el 27 de enero de 1936, en Omaha, Nebraska, Estados Unidos. Hijo de Lee y Harold Barish, inmigrantes judíos de Polonia. Sus abuelos eran de la región de Europa del Este de una pequeña aldea cerca de Kiev. Llegaron a Omaha a inicios del siglo XX, donde había una pequeña comunidad judía. Luego su familia se trasladó a Los Ángeles por cuestiones laborales, donde había una comunidad judía más grande. No se considera religiosamente judío, pero su esposa y amigos son judíos. No tuvo una educación judía religiosa porque su familia era muy pobre, por lo que no pudo ir a una escuela hebrea. De niño le gustaba leer. Su padre no fue a la escuela y su madre venía de una familia donde su padre no les permitía a sus hijas ir a la escuela. Aunque sus padres no fueron educados, tenían un gran valor por la educación.Barish asistió a la John Marshall High School entre otras escuelas. Obtuvo un BA en Física en 1957 y se licenció en física experimental de altas energías en 1962 en la Universidad de California. Ingresó al Instituto de Tecnología de California (Caltech) en 1963 para experimentar en física de partículas utilizando aceleradores. Entre 1963 y 1966, fue investigador, y entre 1966 y 1991, profesor adjunto, profesor asociado y profesor de física. De 1984 a 1996 fue el investigador principal del Caltech High Energy Physics Group. De 1991 a 2005, fue catedrático de Física. Algún tiempo trabajó en la Universidad de Cornell donde probó un principio de física nuclear llamado “resonancia magnética nuclear”, del que igualmente nadie sabía cuál sería su uso. Pero hoy día se trata del dispositivo de escaneo más importante en medicina.En 1950, Einstein desarrolló una nueva teoría de la gravedad después de 200 años de la teoría de Newton, en la que predice que así como la electricidad y la luz se manifiesta en ondas, la gravedad también lo hace, pero pensó que no podrían ser detectadas porque son muy pequeñas. No pudo tener la visión de lo que se podría hacer en la actualidad con láseres modernos y óptica, dispositivos más sensibles de los que pudo llegar a imaginarse. Gracias a la detección de ondas gravitacionales anticipadas por Einstein, que venían de la fusión de dos agujeros negros que ocurrió hace 1.3 mil millones de años, pero tan lejos que le tomó todo ese tiempo hasta llegar hasta el punto en que captaron su señal, logro con el que Barish obtuvo el Premio Nobel de Física 2017. Este descubrimiento está considerado como uno de los logros científicos más importantes al validar uno de los pilares de la física moderna, la teoría general de la relatividad y abrir una nueva ventana para observar el Universo. Es miembro de la Sociedad de Física, de la Academia de las Artes y Ciencias, y de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, de la Academia de Ciencias de Rusia y de la Royal Society. Ha obtenido las siguientes distinciones: Premio Enrico Fermi, Giuseppe and Vanna Cocconi Prize, Medalla Henry Draper, Premio Nobel de Física, Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, y la Medalla Nacional de Ciencia de los Estados Unidos. Está casado con Samoan Barish y tienen dos hijos.
En un ambiente de recogimiento y solemnidad, la Comunidad Judía de Chile (CJCh) realizó ayer, 2 de septiembre, la tradicional Tefilá por Chile, en la sinagoga de Viña del Mar. La ceremonia, equivalente al Tedeum católico, reunió a unas 300 personas, entre ellas parlamentarios, embajadores y representantes del gobierno, en vísperas de las Fiestas Patrias.El acto estuvo encabezado por la Ministra Secretaria General de la Presidencia, Macarena Lobos, el Canciller Alberto Van Klaveren y el presidente de la CJCh, Alfredo Misraji, junto a rabinos y líderes comunitarios.Durante la ceremonia, la ministra Lobos destacó la relevancia del encuentro: “Chile es una gran familia donde conviven personas de diferentes credos, creencias, etnias y procedencias. Esa diversidad nos obliga a respetar la dignidad de todos y todas, y a rechazar toda forma de odiosidad, discriminación e intolerancia”. En esa línea, condenó la reciente vandalización de la sinagoga Bicur Joilim, señalando que “esto merece el repudio de todas y todos”.Por su parte, el presidente de la Comunidad Judía, Alfredo Misraji, puso énfasis en los desafíos actuales: “No podemos olvidar que Chile aparece hoy como el país con los índices más altos de antisemitismo en Latinoamérica. Luchar contra el odio es una tarea colectiva, porque cuando se normaliza contra cualquier minoría, se termina expandiendo hacia todos”. Al mismo tiempo, subrayó el profundo arraigo de la comunidad en el país: “Somos chilenos, orgullosos de nuestra patria, agradecidos de esta tierra que acogió a nuestros abuelos y bisabuelos”.En tanto, el canciller Van Klaveren señaló que el mensaje de la Tefilá es “de paz, de tolerancia, de convivencia entre las diferentes comunidades y credos que aportan a la diversidad de nuestro país”. Asimismo recalcó que “la comunidad judía ha hecho un aporte histórico muy importante y, obviamente, representa un factor relevante en la sociedad chilena. Y creemos que esta actividad tradicional, que se realiza todos los años, tiene un valor especial”. Además, valoró que la actividad se realizara en Viña del Mar como un gesto de descentralización y reconocimiento a las regiones.Los rabinos de Chile elevaron plegarias por la paz, la solidaridad, el diálogo y el bienestar de nuestra nación. Asimismo, se pidió por la liberación de los civiles israelíes secuestrados por Hamás en octubre de 2023. El encuentro finalizó con una oración interreligiosa que simbolizó la esperanza de un Chile unido, respetuoso de su diversidad y fortalecido en sus tradiciones.---Un compromiso que trasciende generacionesLa Tefilá por Chile no solo es un acto religioso: es también una expresión de amor y gratitud hacia la tierra que recibió a la comunidad judía hace más de un siglo. En un país diverso y desafiante, la oración se transforma en un recordatorio de que el respeto, la unidad y la defensa de la dignidad humana son pilares irrenunciables para construir el futuro.La comunidad judía de Chile reafirma así su compromiso con la nación: aportar desde la educación, la cultura y el diálogo, siempre desde la convicción de que Chile es más fuerte cuando todas sus tradiciones y todas sus voces conviven en armonía.
Mia fue secuestrada ese fatídico 7 de octubre, cuando Hamás irrumpió con una violencia nunca antes vista en el sur de Israel. Además de ser una de las víctimas, fue la protagonista del primer video difundido por Hamás para mostrar a un secuestrado. En él, se la veía herida en un brazo, hablando frente a la cámara en condiciones complejas. Su imagen recorrió el mundo y se convirtió en símbolo del drama de los rehenes. En paralelo, su mamá, se transformó en una vocera incansable, recorriendo el mundo para exigir su liberación. El reencuentro fue finalmente posible en noviembre, tras un acuerdo parcial. Ahora, juntas, decidieron compartir su historia en Chile, país que no les es ajeno por su historia familiar.El encargado de abrir la conversación fue Roberto Avram, sheliaj de Keren Hayesod, quien recordó esa raíz chilena que conecta de manera íntima a la familia con la comunidad. Luego cedió la palabra a Ariela Agosín, ex presidenta de la Comunidad Judía de Chile, quien condujo con delicadeza una entrevista que osciló entre lágrimas, silencios y sonrisas fugaces.“Sabía que mi mamá me estaba buscando”La voz de Mia era suave, pero cada palabra parecía tallada en piedra. Recordó cómo los primeros días en los túneles le parecieron interminables. La oscuridad, la incertidumbre, el no saber si alguna vez volvería a salir. “El cuerpo duele, pero lo que más hiere es no saber si el mundo te recuerda”, confesó.Contó que a veces cerraba los ojos y trataba de imaginar a su madre. “Me repetía que ella estaba afuera, que no iba a dejar de buscarme. Esa idea fue lo que me mantuvo viva”. La sala entera la escuchaba con un nudo en la garganta.La decisión que todo lo cambióMia recordó cómo, de manera espontánea, decidió asistir al festival junto a su mejor amigo, Elia Toledano Z”L. “A las 6:29 grabé mi último video con Elia y le dije: ‘vámonos a casa’. Él iba conmigo en el auto cuando comenzaron los disparos. Sentí que mi mano volaba, como si estuviera desconectada de mi cuerpo. Arrancamos por lados distintos… y nunca más lo volví a ver”, contó con dolor.Tras ser capturada, fue trasladada a Gaza en un vehículo rodeada por siete hombres armados. “En el camino solo vi cadáveres y autos quemados. Cuando llegamos, me dijeron: ‘bienvenida a Gaza’. No abrí los ojos, no quería mirar. Me sacaron de mi país, de mi casa…me hizo pensar en las historias que escuché de la Shoá. Me trataron así solo porque soy judía. No había humanidad, cero humanidad…”. Soportó encierro, ausencia de medicinas e incluso una cirugía improvisada sin anestesia. Estuvo vigilada las 24 horas y fue obligada a participar en un video de propaganda. “El lugar era como una jaula, lo sentía así. Creía que era la única secuestrada, pero luego supe que había muchos más”, contó.La lucha incansable de una madre Keren, a su lado, recordó esos mismos días desde la superficie. Mientras Mia sobrevivía bajo tierra, ella recorría despachos, se enfrentaba a cámaras, tocaba puertas de gobiernos y organizaciones. “Mi deber era gritar. No podía dejar que el mundo olvidara a mi hija. Lo hice como madre, pero también como judía, porque ninguno de nosotros puede quedarse solo”, dijo con la voz entrecortada.No ocultó la frustración. Reconoció que buscó apoyo en Chile, apelando a la nacionalidad de su padre, pero nunca recibió respuesta del presidente Gabriel Boric. “Hubiera esperado un gesto, una palabra. No llegó. Eso también duele”, confesó.El día en que la vida volvióCuando le preguntaron por el reencuentro, Mia sonrió apenas. “Cuando vi a mi mamá, pensé que estaba soñando. La abracé y no quería soltarla. Tenía miedo de que si la soltaba, todo desapareciera”, dijo.El relato arrancó lágrimas a muchos de los presentes. Algunos se abrazaban entre sí. Otros simplemente lloraban en silencio. No era un discurso político ni una ponencia formal: era la vida desnuda de una hija y una madre que volvieron a encontrarse después del infierno.El peso de la memoriaMia habló también de lo que vino después de la liberación. “No es que vuelves a casa y todo sigue igual. El cuerpo tiene cicatrices, la mente está cansada, los recuerdos aparecen en cualquier momento. Pero estoy viva, y eso lo cambia todo”.En sus palabras había tanto dolor como resiliencia. No quiso presentarse solo como “la rehén liberada”. Recalcó que es también hija, hermana, mujer joven con sueños interrumpidos pero no apagados. “Quiero volver a bailar, quiero viajar, quiero estudiar. No quiero que mi identidad quede solo marcada por el cautiverio”, afirmó.Dejando de lado la intimidad de su relato, Mia fue categórica: “somos los shlijim, los mensajeros. Todo el mundo necesita saber lo que nos sucedió el 7 de octubre. Lo que nos pasó. Simplemente fui a una fiesta y de repente me encontré en Gaza sola. Perdí a muchos amigos, pasé cosas tan difíciles… parte de mi curación pasa por hablar, hablar frente al mundo. Y es muy importante que el mundo y el pueblo judío entiendan realmente lo que nos sucedió”.La herida que une a todo un puebloEl auditorio no era un público distante: muchos compartían con ella un lazo personal. La familia de Mia tiene raíces en Chile. Su abuelo, Zeev Scharf, emigró en 1954 a Israel, y en esta visita, madre e hija aprovecharon de visitar las tumbas familiares en Conchalí. “Realmente, fue muy emocionante. Nunca había estado aquí”, cuenta Mia. Un vínculo que conmovió aún más a quienes las escuchaban.“En este país está parte de nuestra historia”, dijo Keren. “Y por eso sentimos que hablar aquí no es solo contar lo que pasó, sino también recordar que los secuestrados son hijos, nietos y hermanos de todos nosotros”.“No quiero que olviden a los que siguen allá”En medio del aplauso que siguió a sus palabras, Mia pidió algo más: que nadie olvide a quienes aún permanecen en Gaza. “Yo tuve la suerte de salir. Pero hay muchos que siguen esperando. No podemos olvidarlos”.Ese llamado resonó fuerte. No era solo admiración: era un compromiso compartido.Una noche distinta a las demásLa velada se transformó en un espacio íntimo de memoria y humanidad. No hubo protocolo capaz de encorsetar lo que Mia y Keren compartieron. Fueron lágrimas, confesiones y silencios pesados que dijeron más que cualquier discurso.Algunos se acercaron después a abrazarlas. Otros se quedaron quietos, procesando lo escuchado. Todos sabían que habían presenciado algo irrepetible: el relato vivo de una hija que volvió de la oscuridad y de una madre que nunca dejó de buscarla.
Con gran orgullo queremos compartir una noticia que nos llena de alegría; nuestro Rabino Eduardo Waingortin fue distinguido por el Seminario Rabínico Latinoamericano Marshall T. Meyer., con el título de Doctor Honoris Causa.Este importante reconocimiento se entregó en el Evento de Ordenación Rabínica y Otorgamiento de Doctorados Honoris Causa, que se realizó el pasado lunes. Como Mercaz, nos sentimos profundamente honrados de que nuestro Rabino reciba esta distinción, fruto de su incansable labor, compromiso y liderazgo, que ha dejado huella en nuestra Comunidad, en el Seminario Rabínico y en Am Israel. El Doctorado fue entregado por el Rab. Ernesto Yattah, Vicerrector y Decano de la Escuela Rabínica A.J. Heschel, quien le dedicó estas emocionantes palabras: “Distinguidos invitados, colegas, alumnos y amigos. Al entregar estos doctorados honramos trayectorias que encarnan lo mejor de nuestra misión. Compromiso y sabiduría puestos al servicio del pueblo de Israel y de toda la humanidad. Con emoción invito a recibir este reconocimiento a tres egresados distinguidos de nuestra Casa de Estudios. Invito en primer lugar al Rabino Eduardo Waingortin, egresado de nuestro seminario en el año 1986. Está casado con Gachi y juntos formaron una hermosísima familia con cuatro hijos. Eduardo es contador público y licenciado en Administración por la Universidad de Buenos Aires. Desde hace años se desempeña como Rabino del Círculo Israelita de Santiago de Chile. Además de ser capellán judío en la Casa de Gobierno y representante de la comunidad judía ante las más altas autoridades nacionales de Chile. Eduardo ha demostrado un compromiso profundo con la continuidad judía y con la educación. Hizo crecer la comunidad judía de Chile. Es un educador destacado, un líder espiritual cercano a la gente y un pastor sensible a las necesidades de su comunidad. Se ha caracterizado por ser un constructor de consensos y de comunidades sólidas. Y por acompañar con generosidad la experiencia rabínica de quienes dan sus primeros pasos en la vida pastoral. Además ha sostenido un vínculo permanente con nuestro seminario, colaborando como asesor, tutor y referente nuestro en múltiples funciones. En el año 2016 el Congreso de Chile le concedió la ciudadanía por gracia, en reconocimiento a sus servicios prestados al país. Su labor combina enseñanza, liderazgo y compromiso comunitario. Ha dejado una huella imborrable en la vida judía. Hoy lo distinguimos por lo tanto con el doctorado honoris causa, el liderazgo comunitario”.
Cada septiembre, cuando se abre el período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas (UNGA) en Nueva York, la cuestión palestina vuelve a ocupar titulares en todo el mundo. Este año no es la excepción: mientras algunos países anuncian que “reconocen” a Palestina, la UNGA aprueba resoluciones con amplia mayoría y los dirigentes palestinos insisten en que la comunidad internacional ya ve a su territorio como un Estado independiente. Sin embargo, al mismo tiempo, Palestina no figura en la lista oficial de Estados miembros de la ONU ni tiene un asiento con derecho a voto en la propia Asamblea General que justo ahora se reúne.Para muchos lectores, esta avalancha de declaraciones, gestos simbólicos y tecnicismos puede resultar confusa y alarmante. ¿Qué significa exactamente que un país reconozca a Palestina? ¿Qué implica el reconocimiento en la ONU? ¿Y por qué, pese a todo el apoyo diplomático, Palestina sigue sin convertirse en miembro pleno de la organización?¿Qué significa “reconocimiento”?Lo primero es entender que toda esta discusión se da en torno a lo que académicos y expertos en temas internacionales llamamos Derecho Internacional. Si bien es común que los Estados reconozcan algunas reglas del juego en el tablero internacional, lo cierto es que ninguna de estas leyes o reglas es obligatoria (es decir, vinculante) para ningún Estado soberano e independiente, dado que, por el mero hecho de ser reconocido como tal, dicho Estado puede aceptar o rechazar las reglas, sin que exista una pena distinta a un simple bochorno o un repudio de la comunidad internacional. No es posible llevar a un Estado a la cárcel, ni tampoco es posible obligarle a hacer algo que no quiere, dado que es soberano e independiente.Aclarado que el Derecho Internacional es en teoría vinculante, pero en la práctica voluntario, debemos distinguir los dos niveles de reconocimiento internacional que existen.El primero es el reconocimiento bilateral. Esto ocurre cuando un país decide, por sí mismo, tratar a otro como un Estado soberano. Implica abrir embajadas, firmar tratados, establecer relaciones diplomáticas formales e iniciar intercambio económico. Hasta hoy, 194 Estados miembros de la ONU —principalmente en África, Asia y América Latina— han reconocido oficialmente a Palestina, incluyendo Chile. En mayo de 2024, por ejemplo, España, Irlanda y Noruega anunciaron conjuntamente que darían este paso, lo que fue recibido como un gesto político importante en Europa Occidental. Países como Francia, Reino Unido, Canadá, Australia, San Marino y Malta anunciaron recientemente que se sumarán a este reconocimiento en septiembre, marcando un giro importante entre las potencias occidentales. Detalles sobre este punto lo discutiremos más adelante, pero vale la pena destacar el principio por el que Suiza rige su política exterior en materia de reconocimiento de otros Estados: “ninguna unidad política necesita ser reconocida para convertirse en Estado, ni un Estado tiene la obligación de reconocer a otro. Al mismo tiempo, ni el reconocimiento es suficiente para crear un Estado, ni su ausencia lo suprime”.El segundo nivel es el reconocimiento multilateral, que corresponde al ámbito de la ONU. Ser admitido como miembro pleno significa tener voz y voto en la UNGA, un asiento en todas las instituciones de la organización, y una legitimidad internacional casi indiscutible. Palestina busca este estatus desde hace décadas, pero el camino está plagado de obstáculos políticos y legales. También desarrollaremos este punto más adelante.¿Qué convierte a un territorio en “Estado”?El derecho internacional establece criterios relativamente claros. La Convención de Montevideo de 1933 señala que para ser considerado un Estado se requiere tener: una población permanente; un territorio definido, aunque las fronteras puedan estar en disputa; un gobierno efectivo que ejerza autoridad; y la capacidad de relacionarse con otros Estados a través de instituciones diplomáticas. Además, la Convención prohíbe explícitamente el uso de fuerza militar para lograr soberanía.El caso palestino despierta controversia. La población permanente existe —más de 5 millones de palestinos viven en Judea y Samaria (Cisjordania) y Gaza—, pero el territorio definido está fragmentado y sujeto a disputas con Israel, quien administra sus controles fronterizos y por ende parte de su soberanía. El gobierno efectivo se encuentra dividido: en Judea y Samaria gobierna la Autoridad Palestina, mientras que en Gaza lo hace Hamás, catalogado como grupo terrorista por Israel, EE.UU., la Unión Europea y la mayor parte de Occidente. Finalmente, la capacidad de relaciones internacionales existe parcialmente —Palestina tiene embajadas y suscribe acuerdos—, pero su Parlamento está suspendido desde 2007, por lo que es imposible ratificar cualquier nuevo acuerdo que suscriba. De hecho, las elecciones para reelegir un Parlamento se suspendieron indefinidamente en mayo de 2021.Por su parte, la Carta de las Naciones Unidas (la “Constitución” de la ONU), añade que un candidato debe ser “amante de la paz” y comprometerse a respetar las reglas de la Organización. La Carta no define lo que es ser un “amante de la paz”, dejándolo a completa interpretación abierta… ¿es, por ejemplo, Estados Unidos un amante de la paz?, ¿o Rusia, o Irán, o Corea del Norte?... ¿Fue Yasser Arafat un “amante de la paz” cuando se presentó con una rama de olivo y la funda de su pistola ante la UNGA en 1974? — no está verificado que Arafat haya efectivamente portado la pistola, algunos afirman que fue obligado a dejarla en custodia antes de subir al podio, pero el hecho que mencionara que la traía consigo da para reflexionar. Entonces, ¿qué significa que un país reconozca a otro como un Estado independiente? Simplemente significa que uno de los 193 jugadores en este tablero internacional, reconoce que existe otro jugador que quisiera participar del juego, aunque no esté sentado a la mesa sobre la que se encuentra el tablero.¿Cómo se forma parte de la ONU?Ser miembro de Naciones Unidas no es automático: el proceso tiene dos etapas, como si fueran dos puertas cerradas con llave.Luego de que un pueblo que declara su independencia, su representante le solicita al Secretario General de la ONU que considere su postulación como miembro de la organización, declarando formalmente su adherencia a la Carta de la ONU.Luego, el Secretario General recomienda el pueblo postulante al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Este Consejo de Seguridad está compuesto por 15 miembros, de los cuales cinco son permanentes (EE.UU., Rusia, China, Francia y Reino Unido). Para recomendar la admisión de un nuevo país, se necesitan al menos 9 votos afirmativos y que ninguno de los cinco permanentes se niegue, es decir, que use su poder de veto. Históricamente, EE.UU. siempre se ha negado a la incorporación de Palestina como un miembro pleno de la ONU y, dado que tiene poder de veto, el proceso no sigue adelante.El segundo paso, es la aprobación de la UNGA: una vez que el Consejo de Seguridad da luz verde, la decisión pasa a los 193 Estados miembros reunidos en la UNGA. Allí se requiere una mayoría de dos tercios para admitir al nuevo país.Si ambas puertas se abren, el Estado obtiene asiento, bandera y voto en la ONU (reconocimiento pleno). Pero si el Consejo de Seguridad dice que no, el proceso muere allí mismo.Este mecanismo ha sido utilizado en varias ampliaciones: en 1955, por ejemplo, 16 países fueron admitidos al mismo tiempo (entre ellos Austria, Italia y España), en 2002 ingresó Suiza, que hasta entonces había mantenido neutralidad estricta, mientras que el más reciente ha sido Sudán del Sur, en 2011. Desde entonces, la Autoridad Palestina ha desarrollado una campaña internacional bautizada “Palestine 194”, en referencia a su reconocimiento como el Estado número 194 de Naciones Unidas.¿Es posible enmendar o cambiar la Carta de Naciones Unidas para facilitar la incorporación de más Estados como miembros plenos? En la teoría sí, pero en la práctica es muy complejo, dado que los Estados no reescriben sus leyes tan fácilmente.Para ello, primero un Estado miembro de la ONU debe proponer cambiar la Carta. Luego, la idea se debate en la UNGA entre los 193 países. De ellos, al menos 129 (dos tercios) deben aprobar la moción. Luego, este cambio se debe ratificar de manera interna por al menos dos tercios de los Estados miembros de la ONU —lo que implica una discusión y votación en cada uno de sus parlamentos—, pero a su vez, cada uno de los Miembros Permanentes del Consejo de Seguridad deben ratificar la moción en sus poderes legislativos. Si alguno de ellos no lo hace, la moción no sigue avanzando.Sólo se han dado casos pequeños de reformas a la Carta de la ONU: en 1965 se aumentó el número de miembros en el Consejo de Seguridad, pasando de 11 a 15, y el número de miembros del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) aumentó de 18 a 27. Otras grandes reformas, como eliminar el poder de veto o cambiar las reglas de membresía no han tenido éxito porque los Miembros Permanentes tendrían que aceptar reducir su poder de injerencia.¿Dónde está Palestina hoy?Desde el punto de vista de reconocimiento bilateral, Palestina es aceptada como tal por 129 Estados independientes, incluyendo Chile desde el 7 de enero de 2011. No obstante, 12 de ellos no han establecido relaciones diplomáticas a más de 13 años de su reconocimiento.En el plano multilateral, Palestina solicitó oficialmente ser admitida como miembro pleno de la ONU en 2011. La iniciativa fue bloqueada en el Consejo de Seguridad por la amenaza de veto de EE.UU. Como alternativa, en noviembre de 2012, la UNGA aprobó por 138 votos a favor, 9 en contra y 41 abstenciones (5 países no se presentaron a votar) otorgar a Palestina el estatus de “Estado Observador No Miembro”, lo cual ya es un avance sustantivo, dado que hasta 2011 sólo era reconocida como “Miembro Observador”.Este cambio en el título demuestra un avance simbólico hacia el reconocimiento pleno, aunque en la práctica no le entregue más derechos y sea el mismo que tiene la Santa Sede (Vaticano), que le permite participar en los debates de la UNGA con voz, pero sin voto, adherirse a tratados internacionales y unirse a organismos especializados de la ONU. Desde entonces, Palestina se incorporó a la UNESCO, la OMS, la FAO, y se adhirió al Estatuto de Roma, lo que le da acceso a la Corte Penal Internacional y a la Corte Internacional de Justicia, actuando como un Estado independiente en muchas de las discusiones globales, incluso en la UNGA.No obstante, Palestina no puede votar en la UNGA ni presentarse a candidaturas a órganos como el Consejo de Seguridad. En términos de poder político real dentro de la ONU, su posición sigue siendo limitada.¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrenta Palestina?El veto estadounidense, que como miembro permanente del Consejo de Seguridad, ha reiterado que bloqueará cualquier intento de Palestina de convertirse en miembro pleno. Washington insiste en que la creación de un Estado palestino debe ser resultado de negociaciones directas con Israel, no de resoluciones internacionales unilaterales.Criterios de Estado incompletos, como la falta de control territorial y la división política interna dificultan la percepción de Palestina como un Estado consolidado. Israel sostiene que no puede existir un Estado sin fronteras claras ni un gobierno único. A ello se suma la complejidad institucional: el Consejo Legislativo Palestino (PLC), elegido por los residentes de Judea y Samaria, y de Gaza, no es el parlamento del Estado Palestino, sino el órgano de autogobierno interno de la Autoridad Palestina. En cambio, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) es la que la ONU reconoce como representante legítimo del Estado Palestino. La OLP tiene su propio parlamento, el Consejo Nacional Palestino (CNP), que incluye a palestinos tanto de los territorios como de la diáspora, y del que surge el Comité Ejecutivo de la OLP, considerado el gobierno oficial en el plano internacional. Esta dualidad entre la Autoridad Palestina y la OLP, junto con la fragmentación política entre Fatah en Judea y Samaria y Hamás en Gaza, refuerza la percepción externa de que Palestina carece de una estructura estatal unificada y estable.Finalmente, el impacto en el proceso de paz, ya que muchos países europeos apoyan la solución de “dos Estados”, pero evitan un reconocimiento unilateral en la ONU por temor a que esto congele las negociaciones. Alemania, por ejemplo, ha reiterado que el reconocimiento debe ser el resultado de un acuerdo bilateral que ponga el fin a la guerra. Otros países, en cambio, sostienen que el reconocimiento es un paso necesario para equilibrar el proceso.¿Qué puede hacer Palestina mientras tanto?Ante la imposibilidad de lograr membresía plena, Palestina ha optado por una estrategia de acumulación de apoyos simbólicos y legales: mantener su estatus de observador y usarlo para intervenir en los debates internacionales; ingresar a más organismos especializados de la ONU, como la OMS o la FAO; promover resoluciones en la Asamblea General que, aunque no son legalmente vinculantes, refuerzan la percepción de legitimidad; recurrir a tribunales internacionales para denunciar políticas israelíes y buscar respaldo jurídico.; y ampliar el reconocimiento bilateral, especialmente en Europa Occidental, con la esperanza de generar presión política sobre Israel y EE.UU.¿Qué significa, en la práctica, el actual ruido mediático sobre el reconocimiento del Estado Palestino?No es más que eso: ruido. En la realidad, nada cambia, porque Palestina, en su condición actual, no tiene la capacidad de cumplir con todas las condiciones que el Derecho Internacional le exige para ostentar dicho título.Lo que hemos escuchado de Francia, Reino Unido, Canadá, Australia, San Marino y Malta en los últimos meses no es más que el aprovechamiento de una instancia internacional, donde están puestos los ojos de, literalmente, todo el planeta, para pronunciar un discurso unilateral y así, sumar tal vez otros 6 Estados a la lista de los 129 que ya han hecho lo mismo antes.Por ahora, Palestina seguirá actuando como un actor híbrido: reconocido por muchos, observador en Naciones Unidas, con presencia en algunos organismos internacionales, pero sin el poder de un Estado miembro pleno. Para entender las noticias sobre “reconocimientos” y “votaciones” conviene recordar esta diferencia: ser reconocido por algunos países no equivale a tener asiento y voto en la ONU. Y mientras no haya un acuerdo negociado con Israel, ni un cambio en la política de EE.UU., la silla palestina en la UNGA seguirá vacía.
Como nueva inmigrante en Israel, me asaltaba una pregunta incómoda: ¿por qué debemos intervenir en Siria para defender a los drusos? ¿Acaso no tenemos ya suficientes frentes abiertos —Gaza, Líbano, Irán, Yemen, Irak, Judea y Samaria—? Nuestros soldados están exhaustos, y, sin embargo, drusos israelíes piden enviarlos a otra guerra, que no es nuestra.Buscando respuestas, viajé hasta Abu Snan, una aldea drusa en Galilea. Allí me recibió Julia Hazima, periodista y profesora de inglés de 28 años. Desde el primer instante me habló con la calidez de quien visualiza en ti a una hermana perdida. Me presentó a sus padres, y pronto la casa entera se transformó en un ejemplo de hospitalidad. “Quiero que el mundo sepa lo que está pasando”, me dijo la joven antes de empezar nuestra conversación.Un pueblo milenario, siempre perseguidoHoy existen alrededor de un millón y medio de drusos en el mundo; la mitad reside en Siria. Su religión es monoteísta e incorpora elementos del judaísmo, el cristianismo, el islam y la filosofía griega. Creen en la reencarnación y valoran la lealtad entre hermanos por encima de todo. No es posible convertirse al druzismo ni está bien visto asimilarse. La mayoría desconoce los detalles profundos de su propia fe. Al no ser sunitas ni chiitas, y mantener ocultas sus creencias, han sido considerados herejes y por lo mismo perseguidos.La relación entre Israel y los drusos tiene raíces antiguas: los drusos consideran a Jetró, suegro de Moisés, uno de sus profetas fundadores. En tiempos modernos, ese vínculo tomó forma concreta a partir de 1948, cuando líderes drusos e israelíes sellaron un pacto de cooperación que muchos llaman “el pacto de sangre”.En la Guerra de los Seis Días, junio 1967, Israel ocupó los Altos del Golán, territorio que pertenecía a Siria, allí vivían muchos drusos sirios y quedaron bajo control israelí. Por décadas no tuvieron contacto con sus familias, al no poder cruzar las fronteras. La voz de una drusa israelí—¿Cuál es tu percepción de la situación actual en Siria?—Es como un rompecabezas incompleto —responde Julia—. El contacto con nuestros hermanos se cortó. Sueño con poder cruzar la frontera y conocer las tierras donde vivieron mis abuelos.—¿Qué hace especiales a los drusos?—Respetamos al ser humano por lo que es, no por su religión. Somos fieles a nosotros mismos y a los demás. Amamos nuestra tierra. Te doy un ejemplo: en Hurfeish, una aldea drusa de la Alta Galilea, Hezbollah la atacó con dureza, pero nadie quiso abandonar su hogar, aunque sus vidas corrían peligro.—¿Cómo te sientes como drusa en Israel?—Es un privilegio. Estoy orgullosa de ser drusa israelí, aquí soy yo misma. A veces nos llaman “drusos palestinos” y me disgusta. Acá me siento segura, no temo practicar mi religión. Puedo estudiar, desarrollarme y trabajar. En la comunidad drusa hay igualdad entre hombres y mujeres: podemos heredar bienes, entrar en política o en la policía, incluso pedir el divorcio. Si no fuera por los prejuicios de la sociedad árabe chovinista, podría llegar a ser guía espiritual. Agradezco a Israel todo lo que me ha dado.Bajo amenazaLa conversación cambia de tono cuando Julia recuerda la situación en Siria. Me muestra fotos y videos que circulan en secreto por las redes sociales. Me advierte que son fuertes. Tenía razón. Veo imágenes que me transportan al 7 de octubre: aldeas arrasadas, cadáveres, mucha sangre vertida, la misma brutalidad de Hamas.— Bashar al-Assad, aunque dictador, no intentó masacrarlos. Todo cambió con la llegada de Abu Mohammad al-Julani, excombatiente de Al Qaeda e Isis. Se presenta como moderado, con su traje y corbata, pero sus actos lo delatan. Es un extremista y un asesino. Ha impulsado una verdadera limpieza étnica.—Han secuestrado a cien mujeres, quinientos hombres y once niños —continúa Julia con los ojos vidriosos—. A las mujeres las venden como esclavas sexuales por sumas superiores a los 16.000 dólares. Hubo un caso estremecedor: un beduino compró a una drusa solo para devolverla a Suwayda. Aún existen hombres buenos, pero son excepciones. Los beduinos se han unido al régimen, en su intento de aniquilar a los drusos.La humillación también es un arma:—En muchos casos —agrega Julia—, los Sheiks fueron rapados, les cortaron barba y bigote a la fuerza, como señal de burla. Para nosotros eso es un símbolo de dignidad. Fue un acto denigrante.Con voz entrecortada relata lo siguiente:—Violar a una niña de cinco años en un centro de oración y luego decapitarla… ¿qué clase de animal hace algo así? También asesinaron a un joven y exhibieron su cabeza para culpar a los drusos. Una familia reconoció en esa imagen atroz a su propio hijo.Los relatos se suceden: han conquistado más de treinta aldeas, cortaron la luz y el agua, la gente tiene que caminar kilómetros hasta llegar a un hospital que está desprovisto de insumos y medicinas, cadáveres tirados por doquier en las carreteras, es desolador.El pacto de sangreCuando le pregunto por la relación entre drusos e israelíes, su mirada se ilumina.—Durante la Guerra de Independencia, se selló un pacto. Cuentan que en una batalla murieron juntos un soldado israelí y uno druso, y que sus respectivas sangres se mezclaron en la tierra. Ese símbolo representa nuestra lealtad mutua.Desde entonces, los drusos han servido en las Fuerzas de Defensa de Israel y han sido parte activa en la construcción del país. Por eso, dice Julia, la ayuda no es caridad: es una obligación moral.—Si Israel no los ayuda, nadie lo hará.Una petición urgenteLos drusos israelíes pidieron a Netanyahu que interviniera. Las FDI se movilizaron al rescate. También se les envió ayuda humanitaria en helicópteros, y algunos heridos fueron tratados en el hospital de Zfat. “Sin la intervención de las FDI, habrían masacrado a 40.000 drusos”, afirma Julia. Aun así, insiste en que se necesita más: un corredor humanitario desde Galilea hasta Suwayda y más presión internacional.Antes de despedirme, le pregunto cómo imagina el futuro.—Sueño con un reencuentro entre hermanos, con que los drusos sirios recuperen sus derechos. Quiero que sepan que Israel no es un estado de apartheid, que no crean las mentiras que lo demonizan. Y deseo que no tengamos que cruzar de nuevo la frontera con mil drusos israelíes dispuestos a morir defendiendo a nuestros hermanos.Salí de su casa con el corazón apretado. La pregunta inicial que me hice ya tiene respuesta. Israel no está peleando “otra guerra”: está honrando un pacto de sangre, un vínculo sagrado de lealtad compartida y sacrificio mutuo.--Nota del editorLamentamos no poder incluir todas las imágenes compartidas por la autora. Estas fueron obtenidas en condiciones de gran riesgo para quienes las capturan y hacen circular, y constituyen un testimonio gráfico de enorme valor. Sin embargo, por su crudeza, hemos optado por no publicarlas en su totalidad.
La madrugada del pasado sábado, mientras los fieles se encontraban en plegaria, la sinagoga Bicur Jolim —la más antigua de Santiago— fue víctima de un nuevo ataque vandálico. Desde su fundación en 1905–1906, este templo ha sido símbolo de la presencia judía en la capital chilena y ahora acumula ya cuatro agresiones de esta índole en los últimos años.Estos actos vandálicos no son aislados: en los últimos meses, templos judíos en ciudades como Viña del Mar, Valdivia, Temuco y Concepción también fueron blanco de pintadas ofensivas y grafitis con consignas de odio. La situación ha encendido alarmas dentro de organizaciones comunitarias y entre observadores internacionales de derechos humanos, que advierten sobre un preocupante aumento del antisemitismo en Chile.Preocupaciones que ya habían sido anticipadas por instancias diplomáticas. En 2022, Deborah Lipstadt, enviada especial de EE. UU. para la lucha contra el antisemitismo, alertó que “la comunidad judía local se siente muy presionada”. Asimismo, la Relatora Especial de la ONU sobre libertad religiosa dirigió una comunicación al Presidente Gabriel Boric, advirtiendo sobre un posible incremento de hostigamientos y vandalismo hacia la comunidad judía en Chile, y sobre el riesgo de impunidad si no se actuaba con firmeza.Aunque el Gobierno ha condenado categóricamente el antisemitismo y enfatizado la distinción entre opiniones hacia el Gobierno de Israel y ataques hacia judíos, líderes de la comunidad sostienen que estas posturas no se traducen en acciones concretas que detengan la escalada. “Acá el móvil de los ataques no es Israel, sino los chilenos que sufren el odio y la constante estigmatización por el solo hecho de ser judíos”, afirmó Gabriel Silber, vocero de la Comunidad Judía de Chile.Las cifras también respaldan la percepción de un deterioro generalizado. El Informe Anual de Derechos Humanos del Departamento de Estado de EE. UU. de 2025 reporta un aumento de contenidos antisemitas en redes sociales, discursos de odio y profanaciones de sinagogas. Asimismo, la Liga Antidifamación (ADL) registra que 2023 fue el año con más incidentes antisemitas en Estados Unidos desde que comenzó sus registros, reflejo de una tendencia global que también afecta a Chile.En respuesta, la Fiscalía designó en abril un fiscal coordinador para aglutinar todas las causas relacionadas con delitos contra lugares de culto judíos. Sin embargo, las autoridades comunitarias consideran que estas medidas siguen siendo insuficientes frente al “patrón” de hostigamiento en curso.
Joseph Stiglitz nació en Indiana el 9 de febrero de 1943 en una familia judía, pero no hay información disponible sobre su nivel de observancia religiosa o práctica del judaísmo. De 1960 a 1963, estudió en el Amherst College, en el cuarto año de pregrado se trasladó al MIT donde realizó su postgrado. De 1965 a 1966 estudió en la Universidad de Chicago, y de 1966 a 1967 estudió para su PhD en el MIT, y de 1969 a 1970, fue investigador Fulbright en la Universidad de Cambridge. En años siguientes impartió clases en las universidades de Yale, Duke, Stanford, Oxford y Princeton. Es actualmente Profesor en la Universidad de Columbia.Es conocido por su visión crítica de la globalización, de los economistas de libre mercado, del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. En 2000, fundó la Iniciativa para el Diálogo Político, un centro de estudios con base en la Universidad de Columbia, y dirige el Instituto Brooks para la Pobreza Mundial, de la Universidad de Mánchester. Considerado generalmente un economista de la nueva economía keynesiana, fue durante 2008 el economista más citado en el mundo. En 2012 ingresó como académico correspondiente en la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras de España. Durante la presidencia de Bill Clinton fue presidente del Consejo de Consejeros Económicos. En el Banco Mundial, estuvo como primer vicepresidente y economista jefe hasta que el Secretario del Tesoro lo forzara a renunciar. Ha sido uno de los autores principales en el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Es miembro de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. Fue laureado con el Premio Nobel en el año 2001 por sus análisis de mercados e información asimétrica. Su investigación más famosa es sobre el “screening”, una técnica usada por un agente económico para extraer la información privada de otro. La literatura económica neoclásica tradicional asume que los mercados son siempre eficientes excepto por algunos casos. Stiglitz y otros revocan esa presunción; para él, no existe la “mano invisible” de Adam Smith.Stiglitz ha incursionado en política en una controvertida posición de izquierda. El politólogo chileno Axel Kaiser destaca cómo Stiglitz ha estado más que dispuesto a promover y defender a los demagogos y dictadores socialistas de Latinoamérica. Visitó al Presidente Boric, quien se ha autodefinido como “marxista” y que ha prometido “enterrar el neoliberalismo”, su amistad con la corrupta dinastía Kirchner en Argentina es de larga data, a quien apoyó en su agenda “antineoliberal”, gobierno que terminó en 2022 con una tasa de inflación de más del 100% y una tasa de pobreza de casi el 40%. Cuando Evo Morales necesitaba a un economista internacional para dar credibilidad a la nacionalización de los campos de gas y petróleo, Stiglitz estuvo feliz de complacerlo. En 2007, Stiglitz viajó a Ecuador para reunirse con la administración de Rafael Correa para discutir políticas económicas. En 2007, Stiglitz también viajó a Caracas para reunirse con Hugo Chávez y felicitarlo personalmente por el gran trabajo que estaba realizando en el frente económico y de políticas públicas. Pero en ningún lugar se reflejó más claramente el desprecio de Stiglitz por la democracia liberal, la verdad y los derechos humanos que en sus visitas a Cuba en 2002 y 2016. Está casado con Anya Schiffrin y tiene cuatro hijos.
En 1897, Chile vivía un momento clave de su historia nacional, consolidando la República parlamentaria y recibiendo una ola de inmigración europea que empezaba a dar forma a nuevas comunidades, incluida la judía. Mientras tanto, en Basilea (Suiza), Theodor Herzl reunía a 200 delegados para inaugurar el Primer Congreso Sionista, un extraordinario acontecimiento que marcó el nacimiento del movimiento que, medio siglo más tarde, haría realidad el Estado de Israel.Allí se presentó el “Programa de Basilea”, cuyo primer objetivo declaraba explícitamente: “el sionismo busca establecer un hogar para el pueblo judío en Palestina”. Cabe destacar que se trataba de la tierra histórica del pueblo judío, identificada en la tradición bíblica como Eretz Israel, bajo dominio otomano en aquel entonces, que entonces estaba bajo dominio del Imperio Otomano. A nivel internacional, el nombre “Palestina” se usaba como denominación geográfica desde la época romana, cuando el emperador Adriano rebautizó la provincia como “Syria Palaestina” tras sofocar la revuelta judía de Bar Kojba.Tras este hito, se consolidó el movimiento sionista —entendido como el proyecto para establecer un hogar nacional judío— y se creó la Organización Sionista Mundial. Herzl impulsó gestiones diplomáticas con el Imperio Otomano y con diversas potencias europeas, buscando el reconocimiento legal de este anhelo. Paralelamente, judíos de distintos lugares comenzaron a retornar a la Tierra de Israel, evocando así las palabras del himno nacional de Israel, Hatikva: “La esperanza de dos mil años, de ser un pueblo libre en nuestra tierra, la tierra de Sion y Jerusalén”. En ese marco, se fundaron kibutzim (comunidades agrícolas) y nuevas ciudades, como Tel Aviv en 1909.El resto es historia: en 1948 se fundó el Estado de Israel, dando concreción al sueño que en Basilea había sido trazado más de medio siglo antes, y cumpliendo el anhelo de un pueblo que durante siglos mantuvo viva la esperanza de regresar a su tierra ancestral.Han pasado 129 años y el sionismo ha debido resistir la tergiversación de quienes niegan a los judíos su derecho a un hogar nacional. En mayo recién pasado se realizó la elección para el 39.º Congreso Mundial Sionista. La votación en Estados Unidos registró una participación récord: más de 230.000 votos contabilizados, un salto extraordinario frente a los 123.575 de 2020.Este renovado despertar democrático también se vivió en Chile. Por eso conversamos con Debbie Guberek, presidenta del Consejo Sionista de Chile, sobre los desafíos actuales.¿Qué significado adquiere hoy el sionismo?“Hoy, el sionismo representa mucho más que la aspiración por un Estado judío: es la afirmación de la necesidad vital de un Estado que proteja al pueblo judío en todo el mundo. Israel no solo es un refugio material ante las amenazas externas, sino que también debe ser un faro de judaísmo intelectual, espiritual y cultural.Ser sionista fuera de Israel implica comprender profundamente el rol central que tiene el Estado judío en la vida del pueblo judío global. Fortalecer a Israel, apoyar su desarrollo y ayudar a educar y reconectar a quienes están “confundidos” o desconectados de su identidad judía es parte esencial de ese compromiso”.¿Cómo se enfrentan las críticas cuando el término “sionista” se ha manoseado para ser convertido en una causa que genera controversia?“Depende de qué tipo de crítica se trate: El antisionismo (es decir, la negación del derecho del pueblo judío a la autodeterminación en su tierra ancestral) no es una crítica legítima: es una forma moderna de antisemitismo.En cambio, las críticas legítimas hacia políticas o decisiones específicas del gobierno israelí son válidas, como ocurre en cualquier democracia. Lo importante es que estas críticas se hagan con honestidad, sin aplicar dobles estándares que no se utilizan para otros países y/o pueblos”.¿Cuál es la participación de Chile en estas elecciones y cuáles fueron los resultados?“Chile, al igual que más de 40 federaciones sionistas en el mundo, participa enviando delegados al Congreso Sionista Mundial. Tras las elecciones, la delegación que representará a Chile en el 39 Congreso Sionista Mundial estará compuesta por las 4 facciones que obtuvieron mayoría de votos para adjudicarse los escaños disponibles, reflejando así la diversidad de nuestra comunidad. Dichas facciones ganadoras con los porcentajes más altos en votos quedaron: Masortí (39,10%), TH4 (23,63%), Mizrachi (19,18%) Meretz (10,20%)Los resultados demuestran una comunidad activa, organizada y con visión de futuro, que busca aportar desde Chile a los desafíos y oportunidades del pueblo judío en el mundo”.
Al ser un sistema parlamentario, muchas decisiones son tomadas por el gabinete, esta vez fue el de Seguridad que resolvió lo que parece ser algo intermedio, no hay ocupación de toda la Franja, donde Israel tiene una presencia de más o menos el 75%, pero se avanza hacia Ciudad de Gaza y su millón de habitantes. Quizás influyeron situaciones tales como evitar que se reanude el juicio en la Corte Internacional de Justicia, donde la resolución existente le pide a Israel no alterar la realidad jurídica, pero es más probable que tenga relación con cuán dividido está Israel, ya que en general en estas decisiones, a no ser que se trate de EE. UU. no influye demasiado la opinión del exterior, siendo la de Europa más bien irrelevante, al igual que en Ucrania (reunión Putin-Trump).Tampoco fue determinante la conocida objeción del general Eyal Zamir a nombre del Estado Mayor, cuya exagerada cobertura periodística es una indicación más de cuánto desconocimiento hay en el exterior sobre las características de la democracia israelí, ya que lo ocurrido es más habitual de lo que se cree, debido a características tan especiales como que casi todos quienes toman decisiones han usado uniforme, y que son instituciones de dotación pequeña, al basarse en la conscripción, pero lo importante, es que después de hacer pública su objeción, hay total obediencia a lo que disponen las autoridades civiles. En ese mismo sentido, tampoco es extraño a la democracia israelí que nada menos que 600 ex altos funcionarios de seguridad, incluyendo ex jefes del Mossad y Ejército le hubiesen pedido a Trump intervenir para detener la guerra en Gaza, lo que sin duda se pudo haber hecho tal como se hizo en El Líbano, ningún fin del mundo, solo parte del debate público, sorpresivo solo para quienes opinan sin saber.Sin embargo, las presiones internacionales apuntan a dos carencias básicas de la gestión de Netanyahu, que son un terrible problema de imagen y la falta de un plan político sobre el día después de Hamas. Para Israel son problemas serios, en ningún caso atribuibles solo a Netanyahu, ya que se arrastran desde hace mucho tiempo. El de imagen quizás viene desde Líbano 1982 (por ejemplo, atribuirle a Israel una masacre que no hizo, como fue Sabra y Chatila), que con el paso del tiempo, se ha profundizado, tanto que no se soluciona con lobby o relaciones públicas, sino que necesita una política de Estado de la cual Israel carece totalmente, y lo que se hace en la Hasbará, la estrategia de diplomacia pública que se traduciría como explicación o aclaración de las decisiones tomadas, más bien ha fracasado, dada la magnitud de un problema que ha crecido tanto, que sin duda hoy está perjudicando el esfuerzo bélico.Y en el caso del día después de Hamas, Israel ha carecido, no solo ahora, sino desde hace mucho tiempo de una propuesta política al respecto, lo que ha oscurecido los logros militares, no solo haber derrotado a Irán, sino también haber triunfado en 7 frentes, donde eso sí permanece abierto aquel donde empezó, el de Gaza. Tan fuerte es la carencia, que solo ahora hay una indicación de Netanyahu, tan general que al final dice muy poco. Esta carencia viene desde hace mucho tiempo, ya que quizás el último que tuvo una estrategia al respecto fue Ariel Sharon, aquel que hace 20 años se retiró de Gaza, esperando no volver.Para mí la solución es una sola, avanzar hacia el Estado Palestino que tantas veces ha sido rechazado por ellos, a través de quienes ya dieron el paso de reconocer a Israel como un Estado judío, que son los países árabes sunitas, con quienes la lucha contra Irán desarrolló una alianza de hecho, es decir, retomar la idea original de la ONU de 1947, para lo cual se necesita derrotar totalmente a Hamas, ya que o si no, nadie en el mundo árabe querrá involucrarse en Gaza. Esta alianza, por ahora de hecho, es el cambio más profundo que ha dejado esta guerra, y en general ha pasado desapercibido su impacto y significado.La carencia de definiciones políticas de Israel conduce a que apenas se anunciara que esta nueva fase se movería a Ciudad de Gaza, comenzó la lucha de narrativas, la de Israel diciendo que no quería quedarse permanentemente, sino que lo que se buscaba era liberar a Gaza de la tiranía de Hamas y que en el futuro no sea un peligro ni para Israel ni para sus habitantes, sus primeras víctimas. La otra es aquel relato que desde ya culpa a Israel de todo lo que ha pasado, pasa y seguirá pasando, que pone toda la presión en ese país, y ninguna en Hamas, la de la ONU y de países como el Reino Unido y Francia, que con enorme superioridad moral, olvidan la responsabilidad de las ex potencias coloniales en la situación actual, además que tiene razón el Secretario de Estado Marco Rubio, en hacer hincapié en la responsabilidad de Macron, que por unos likes más, y dado el carácter minoritario en su país, anunció el reconocimiento del Estado Palestino, que no cambia nada, ya que hay 141 países que ya han dado ese paso, pero por el momento elegido enterró una negociación con Hamas que iba mejor orientada que las anteriores para la liberación de los rehenes, tanto que el grupo terrorista se marginó, diciendo que lo anunciado por Francia (Reino Unido y Canadá) era una victoria, ya que según ellos, nada de esto habría pasado sin el 7-X.En esta lucha de narrativas, a Israel seguramente no le va a ir bien, considerando la explosión de antisemitismo que ha tenido lugar, y se va a repetir lo que ha pasado desde el principio de esta guerra, éxito en lo militar, pero fracaso en la imagen y en lo político, fundamentalmente por errores propios, ya que cuesta entender que un país que ha funcionado tan bien en lo militar, económico o tecnológico, no haya sido capaz de abordar como política de Estado, dos temas que tanto lo perjudican hoy, como ocurre con la imagen, y la falta de una propuesta política para el día después, sobre todo, que atribuirla a algo que siempre ha existido como el antisemitismo (o judeofobia, como prefiero decirle) es algo limitado y que no confronta el problema actual, ya que no aporta soluciones.Es así como ante esta inacción, la narrativa de Hamas y sus cifras falsas han penetrado a los medios de comunicación occidentales, siendo la última las fotografías falsas de un niño que se transformó, cortesía de la BBC y del New York Times en el símbolo de las denuncias de hambruna, pero como se demostró, todo había sido trucado en Pallywood.¿Es que Israel como país no puede hacer nada?, nada contra Hamas, a pesar de que es difícil encontrar otro grupo que haya cometido mayor cantidad de atrocidades contra su propia gente, no como una consecuencia no deseada, sino a propósito. ¿Israel no puede hacer nada?, ¿nada, salvo quejarse? Por cierto, nadie pretende que no se le critique, ya que la recibida en Israel es quizás más fuerte que la de otros lugares, pero ¿echarle toda la culpa y que no se presione a quienes han usado y abusado de su propia población, al convertirla en escudos humanos?Pensar que todo hubiese sido distinto si Hamas hubiese devuelto a rehenes, cada vez más olvidados y deshumanizados, ¿y si el mundo hubiese presionado a Hamas? Solo palabras en Europa y la ONU, al final, casi de buena crianza, con una destacable excepción, la Liga Árabe, quienes pidieron el desarme de Hamas, diciendo que “debe poner fin a su dominio en Gaza, entregar las armas y liberar a los rehenes”, parecido a lo que dice Israel, quien ha enfrentado esta guerra con gran comprensión de esos países, además que allí no se han dado las manifestaciones antisemitas que han abundado en Londres, París o Nueva York. Estos países árabes han actuado así porque conocen el fundamentalismo, brindándole la comprensión que hoy ha desaparecido en buena parte de Occidente, salvo, por cierto, en EE. UU. Al parecer, Europa ha cometido el mismo error de la ex URSS, de querer avanzar sin Israel y en su contra.Por cierto, la respuesta de Hamas fue el total rechazo a lo solicitado, doblando la apuesta. Hoy, los rehenes parecen ser su única carta, y que puede hacer entonces Israel, que es fácilmente manipulable en lo psicológico, al estar muy dividido. ¿Cuál es la alternativa a lo que está haciendo? ¿Que Hamas siga vivo? Gaza es una tragedia de enormes proporciones, pero la responsabilidad primera ha sido de Hamas, y nadie ha hecho retroceder tanto la idea de los dos Estados como Hamas.Comprensiblemente, a los familiares de los rehenes no les gusta la decisión, ya que hay una cuota de peligro para sus cercanos, y así amenazaron los terroristas, pero el debate general del país está cruzado por la polarización que provoca el juicio pendiente al primer ministro, y la sospecha de que ello influye en sus decisiones. En esta escalada, el gabinete israelí acordó cinco principios o condiciones, además del desarme de Hamas y el regreso de todos los rehenes, vivos o muertos, la desmilitarización de Gaza, el control de seguridad israelí en la Franja y el establecimiento de una administración civil, sin Hamas o la Autoridad Palestina. Sin embargo, es muy difícil que la narrativa sea exitosa, con un país unido el 7-X, pero hoy muy dividido, y con las terribles carencias en el manejo de dos temas hoy claves, la imagen y la falta de una propuesta política para el día después, trabajada como política de Estado en Israel y consensuada con sus nuevos aliados, los que mejor parecen comprender y apoyar a Israel hoy, además del gobierno de EE. UU., los países árabes sunitas.La definición de la guerra como la continuación de la política por otros medios, apunta al futuro. Si Israel pensara más y mejor en términos de sus carencias, daría todos los pasos necesarios para seguir fortaleciendo esa alianza, antes que la falta de avance perjudique la actual relación con la Casa Blanca, donde Netanyahu tiene razón al decir, que en su larga vida política, no había tenido este nivel de acercamiento con un gobierno de la que es la potencia necesaria e insustituible para Israel, cual lo es EE. UU., sobre todo, en un momento, donde hasta Alemania anuncia que va a suspender la entrega y venta de armamentos a Israel, hasta Alemania. Israel tiene razón en que hoy el tema del Estado palestino puede ser una especie de regalo para Hamas, como también que en el futuro cercano es posible que la falta de avance perjudique la recepción del Premio Nobel de la Paz, que tanto ha buscado, casi perseguido, Trump.Por su parte, lo que ha ocurrido en el mundo con el antisemitismo, no pasó de la noche a la mañana, ya que no hubo mecanismos de detección y de anticipación oportuna ante una realidad donde la serpiente abandonó el nido, de tal forma que está influyendo y hasta condicionando las guerras de Israel, no solo en imagen sino también en la guerrilla legal, el lawfare, donde el paso siguiente ya parece claro, después de las falsas alegaciones, donde Israel ha demostrado impotencia, las de “genocidio” y “apartheid”, todo indica que vienen acciones judiciales contra turistas israelíes, pidiendo el arresto de algunos o muchos, acusándolos de “crímenes de guerras”, ya que la mayoría son ex soldados, y el mecanismo ya ha sido ensayado en países que tienen en sus legislaciones alguna forma de jurisdicción universal como Argentina, Brasil, o Bélgica, y hasta donde se sabe, Israel no ha sido proactivo en esta materia preparando los equipos de trabajo y la estrategia para contrarrestar algo que está en marcha.Cuando se premia al agresor de esta guerra y se castiga a la víctima, y donde el primer ministro del Reino Unido olvida hasta la participación de su país en, por ejemplo, el bombardeo de su RAF a Dresde, donde entre el 13 y el 15 de febrero de 1945, junto a EE. UU. causaron más de 25,000 muertos comprobados (más según los alemanes), a pesar de que allí no había industria de guerra alguna. No hay duda que así como necesita un gran acuerdo nacional para que la propuesta política sea automática en Israel, en el caso de la imagen, ha fracasado de tal forma, que necesita no solo una política de Estado al respecto, sino también ayuda, y si la busca que no sea en una gran empresa de EE. UU., ya que una de las razones del fracaso de la estrategia de Hasbará es presentar a Israel como un ejemplo de diversidad, étnica, religiosa como también cultural con uno de los desfiles gay más importantes del mundo, pero que por ejemplo, no ha dado resultado en las comunidades progresistas o wokes, ya que en EE. UU. es precisamente aquello que rechazan, dada su actitud crítica de su propio país y de sus habitantes.No hay duda de que se requiere un cambio de estrategia y de gestión, dada la magnitud del problema, lo que también alcanza a muchas de las comunidades judías del exterior, incluyendo las europeas y la de EE. UU., no solo por el antisemitismo desatado en las calles y universidades, sino que en el caso de Israel conviene preguntarse cómo y por qué no ha logrado mostrar que entre las muchas condiciones que pone Hamas, nunca figura entre ellas la creación de un Estado palestino como tampoco no solo los europeos, sino hoy Canadá nunca condicionan el reconocimiento del Estado palestino a la devolución de los rehenes, ejemplos que ponen en evidencia la preocupante gravedad de las carencias de Israel.Más aún, así como el gobierno de EE. UU. con sus sanciones llevó a las universidades a una situación donde la opinión pública entendió la gravedad del antisemitismo que habían permitido en sus aulas, por qué Israel o los judíos europeos no han elevado algún caso de judeofobia y discriminación vivida en Europa, como fue el caso Dreyfuss, todavía vigente en el mundo, como caso célebre que haga uso de la abundante legislación de DD. HH. y la jurisprudencia que existe en Europa. Al respecto, recordemos que hace no demasiados años, fue usada por los proislamistas en forma vergonzosa contra alguien tan admirable como Oriana Fallaci, nada menos.No es lobby, tampoco es relaciones públicas, pero lo que viene probablemente va a empeorar antes de mejorar para Israel y los judíos, y es más probable, que Israel pueda reaccionar antes que las comunidades judías, que todavía parecen demasiado afectadas por lo que ha ocurrido. Para ello, hay que buscar “fuera de la caja”, fuera de Israel quizás como también fuera de las habituales asesorías de empresas estadounidenses, ya que sus consejos no han dado resultado hasta el momento, en un contexto donde hay que insistir que para las campañas que se necesitan, el problema no son hoy los países árabes, sino Occidente, salvo excepciones en Europa, y en el caso de EE. UU. también se necesita un cambio de paradigma, ya que en el futuro cercano es difícil pensar en el bipartidismo, sino que con los procesos que están teniendo lugar en el partido demócrata, es posible pensar en una situación parecida a la que sufrió el partido laborista, de anti Israel bajo Jeremy Corbyn en el Reino Unido, lo que no es tarea ni para académicos ni para el Mossad.Son demasiadas las derrotas en imagen y narrativa, una tras otra, como tampoco hay respuestas rápidas a la instalación de bulos, donde una “política deliberada de hambre” ha sido el equivalente a lo que hiciera la KGB soviética, todavía vigente en el mundo. Tampoco se actúa con la velocidad de las redes sociales, que genera narrativas en forma casi instantánea. Si uno mira lo que ha pasado, quizás por vez primera, en medio de una guerra, un país llamado Israel hace una pausa para llevar comida a la población civil de quienes invadieron. Sin embargo, se les acusa de estar provocando un genocidio y una hambruna. ¿Es que Israel no puede hacer nada por restablecer la verdad? Si se concreta la querella contra el NYT como lo hiciera Ariel Sharon por Sabra y Chatila contra Time sería un paso en la dirección correcta, pero también mucho ayudarían casos célebres contra personalidades del espectáculo, quienes debieran sufrir las consecuencias.En este restablecimiento de la verdad ¿Por qué las comunidades judías no confrontan públicamente a quienes se presentan como judíos en actos proterroristas en occidente, sea por razones políticas o religiosas, pero que permiten a los organizadores decir que no son antisemitas, sino solo “antisionistas”? No es libertad de expresión, sino aclarar que solo hablaban por sí mismos. Al respecto, recuerdo a quienes visitaban a los ayatolas en Irán, los que lo hacían con el Ministerio de Asuntos Judíos de Arafat o los que se hicieron presentes en las cumbres antirracistas de la ONU en Durban I y II¿Es que no se puede hacer nada, salvo protestar? ¿En qué se ha fallado tanto tiempo? ¿Cuánto influye el hecho de que se ataca a Israel sobre la base de medias verdades? ¿Cómo es posible que después de denunciar durante años a esa industria de producción de imágenes falsas llamada Pallywood, Israel se haya dejado sorprender una vez más, esta vez con la hambruna?, citada una y otra vez como justificativo de decisiones europeas recientes.Es así como se ha impuesto un relato, donde el hecho probado del antisemitismo no es argumento suficiente para una inacción que ha ayudado a que los terroristas hayan impuesto su narrativa.
Arthur Kornberg nació el 3 de marzo de 1918 en Nueva York. Su padre, Joseph Kornberg, era sastre y más tarde montó una pequeña ferretería. Hablaba varios idiomas de forma autodidacta; su madre fue Lena Katz, ambos judíos emigrados de Polonia. Realizó los primeros estudios en escuelas públicas, después en la Abraham Lincoln High School y más tarde en el City College de Nueva York. Obtuvo el grado de bachiller en biología y química con honores en 1937. En plena gran depresión, mientras estudiaba, ayudó a su familia trabajando en sus comercios. Dada su condición de judío, le fue difícil ingresar a Harvard, Cornell y Columbia, entre otras, pero fue aceptado para estudiar medicina en la Universidad de Rochester, donde ingresó en 1937. Se graduó en 1941 y completó el periodo clínico en el Strong Memorial Hospital entre 1941 y 1942.A finales de los años cuarenta la bioquímica era todavía un campo poco desarrollado. Pronto Kornberg llegó a ser un especialista en coenzimas, moléculas no proteicas que participan con las enzimas en reacciones metabólicas. En 1953 se trasladó al Departamento de Microbiología de la Universidad de Washington. Ese mismo año Watson y Crick descubrían la estructura del ADN, lo que fue decisivo en la trayectoria de Kornberg. Él y su equipo estudiaron a mediados de los años cincuenta los mecanismos por los que el ADN se replica. Después de varios procesos de purificación, obtuvieron pequeñas cantidades de la enzima ADN-polimerasa, que cataliza la síntesis del ADN. Después de un tiempo sintetizaron por primera vez ADN en un tubo de ensayo. Este hecho le valió el premio Nobel en 1959. Ese mismo año organizó el Departamento de Bioquímica de la Universidad de Stanford. Kornberg atrajo a científicos destacados que pronto convirtieron el departamento en el más importante del país. En 1967 sintetizaron un ADN viral viable, lo que entonces se llamó “la creación de la vida en un tubo de ensayo”. Después hallaron enzimas responsables de la reparación y el reordenamiento del ADN así como otras responsables del inicio y alargamiento de las cadenas de ADN y los cromosomas.Kornberg jubiló como profesor emérito en 1988. Continuó activo hasta prácticamente pocos días antes de su fallecimiento. Desde 1991, Kornberg cambió su foco de la replicación del ADN a una enzima que producía polifosfato, una forma de almacenamiento de energía para las células bacterianas, e identificó posibles funciones que pudieran utilizarse para el desarrollo de nuevas drogas. Dedicó también su vida a la enseñanza en los posgrados de magister y doctorado. Publicó más de trescientos artículos y varios libros. Desempeñó diversos cargos, formó parte de comités y consejos de diversas universidades, del gobierno y de institutos de investigación ligados a industrias. Sus descubrimientos fueron decisivos en el desarrollo de la ingeniería genética, además de proporcionar la base para elaborar muchos medicamentos actualmente utilizados para tratar el cáncer y las infecciones virales. Se le considera el padre de la replicación del ADN. Sostenía que sus estudios eran una prueba evidente que la investigación básica es fundamental para obtener avances médicos con repercusiones prácticas. Recibió numerosos premios y honores en vida. Se casó tres veces y tuvo tres hijos. Su hijo Roger obtuvo el premio Nobel de Química en 2006. Murió el 26 de octubre de 2007 en Stanford, California, de una insuficiencia respiratoria.
Un sueño que se hizo comunidadMercaz Lemidá nació con un objetivo inspirador: que el estudio judío no se limite a ser una materia académica, sino que se convierta en el corazón de la vida comunitaria. El rabino Ari Sigal lo resume así: “Queremos que la Torah, la historia, la mística y el pensamiento contemporáneo se vivan, se cuestionen y se apliquen. Que el estudio sea un eje vital de identidad”.Esa visión ha permitido que Mercaz Lemidá no solo sea un lugar de aprendizaje, sino también un punto de encuentro intergeneracional donde tradición y actualidad dialogan de manera dinámica.Diversidad de contenidos y formatosCon el tiempo, el proyecto ha crecido e incorporado nuevas temáticas y formatos. Hoy ofrece cursos presenciales, online e híbridos, con la idea de que cualquier persona, sin importar su edad o experiencia previa, pueda sumarse.Las temáticas van desde lo más clásico, como el análisis de textos del Talmud y la Cabalá, hasta lo contemporáneo, con reflexiones sobre ética, filosofía judía y sociedad israelí actual. Cursos como “12 Llaves Filosóficas al Sentido de la Vida Judía” o “Sociedad Israelí Contemporánea” muestran la amplitud y frescura del programa.Una respuesta entusiastaLa comunidad del Círculo Israelita de Santiago ha respondido con entusiasmo. Más de 200 personas participan semanalmente en los distintos ciclos, demostrando que existe una verdadera sed de profundizar, debatir y vincular el conocimiento con la vida real.“El secreto está en los docentes: rabinos, académicos y especialistas que transmiten contenido riguroso, pero con sensibilidad, cercanía y mucha pasión. Los cursos no solo enseñan, sino que inspiran”, explica Sigal.Mirando al futuroLos planes de expansión son ambiciosos. Mercaz Lemidá proyecta abrir nuevos espacios para abordar temáticas interdisciplinarias como judaísmo y ética contemporánea, liderazgo espiritual y diálogos interculturales. También se busca integrar más recursos digitales, grupos de debate y experiencias híbridas que potencien la participación.Una invitación abiertaEl rabino Sigal lo dice con claridad: “Estudiar es heredar y recrear lo que somos. Mercaz Lemidá es la oportunidad de encontrarte con tu identidad, tu historia y tu comunidad”.Por eso, este semestre, el Mercaz invita a todos a sumarse a su programación: desde quienes buscan respuestas profundas hasta los que quieren acercarse de manera entretenida al pensamiento judío.La invitación está hecha: ven a descubrir que aprender puede ser una experiencia viva, transformadora y, sobre todo, profundamente comunitaria.Este semestre hay un lugar para ti en Mercaz Lemidá.
La idea de un Estado palestino reconocido internacionalmente se presenta como un acto de justicia histórica y una victoria moral que haría avanzar la paz en Medio Oriente. Una bandera en Naciones Unidas, un asiento en foros internacionales y un himno nacional propio parecen, sobre el papel, símbolos de dignidad y soberanía. Sin embargo, bajo la superficie de ese simbolismo, se esconden riesgos concretos que podrían dejar a los palestinos en peor situación material, política y social que la actual.Desde 1949, la UNRWA ha ofrecido un régimen único en el mundo: el estatus de “refugiado palestino” se transmite de generación en generación, incluso a quienes han nacido y vivido toda su vida en otros países. Esto ha permitido a millones acceder a educación gratuita, atención sanitaria, asistencia alimentaria y programas sociales financiados por la comunidad internacional.Si Palestina se convierte en un Estado soberano reconocido, la lógica del derecho internacional indicaría que la UNRWA tendría que ceder sus funciones al nuevo gobierno. Esto significaría que las escuelas, hospitales y programas de asistencia quedarían bajo responsabilidad de un Estado que hoy carece de recursos y capacidad para sostenerlos. Para muchos, la independencia podría traducirse en la pérdida de la red de seguridad más importante que han tenido en décadas.La Autoridad Palestina (AP) depende de dos fuentes principales: las transferencias de impuestos y aranceles que recauda Israel y la ayuda de donantes internacionales. Sin esos fondos externos, el presupuesto colapsaría en semanas. Incluso con ellos, la AP atraviesa crisis financieras recurrentes, con retrasos en salarios y recortes de servicios básicos.El PIB per cápita en Cisjordania ronda los 3.700 dólares y en Gaza apenas supera los 1.200, cifras que reflejan una economía pequeña, frágil y sin acceso pleno a mercados o recursos naturales. La falta de control sobre fronteras, espacio aéreo y aguas territoriales limita el comercio y la inversión, mientras que las restricciones de movilidad y las tensiones con Israel obstaculizan cualquier planificación a largo plazo. De ser reconocidos internacionalmente, la “caja” del conflicto se cerraría simbólicamente, aunque en la práctica los problemas sigan sin resolverse.Por otra parte, la fragmentación interna es otro obstáculo mayúsculo. Cisjordania está bajo control de la AP, dominada por Fatah, mientras que Gaza es “gobernada” (bajo un régimen de terror) por Hamas, considerada una organización terrorista por gran parte de Occidente. Ambas facciones son rivales irreconciliables. Un Estado reconocido tendría que decidir si excluye a Gaza—dejando a más de dos millones de personas en un limbo jurídico—o si integra a Hamas en un gobierno de unidad, algo que los países occidentales rechazarían de plano. Cualquiera de las dos opciones amenaza la estabilidad interna y la legitimidad internacional.El reconocimiento internacional no vendría libre de compromisos. Reino Unido, Francia, Canadá y Australia han anunciado que lo otorgarían en septiembre de 2025, pero con condiciones estrictas: desarme de grupos armados como Hamas y su exclusión de cualquier cargo de gobierno, celebración de elecciones presidenciales y legislativas supervisadas internacionalmente y el reconocimiento del derecho de Israel a existir y renuncia al “derecho al retorno” masivo. Estos requisitos, aunque alineados con las prioridades occidentales, implican que la soberanía palestina nacería ya condicionada y sujeta a supervisión externa, limitando el margen de decisión de sus propios ciudadanos.Más allá de las limitaciones estructurales, la confianza ciudadana en las instituciones palestinas está gravemente erosionada. Según el Palestinian Center for Policy and Survey Research, un 84% de los palestinos considera que la AP es corrupta. Transparencia Internacional ubica a los Territorios Palestinos en el puesto 104 de 180 en su Índice de Percepción de la Corrupción.En la práctica, esto se traduce en nepotismo en la contratación pública, uso indebido de fondos de ayuda internacional, falta de independencia judicial, y servicios públicos ineficientes o politizados. Un Estado formal sin reformas profundas correría el riesgo de institucionalizar estos problemas, consolidando una clase dirigente percibida como desconectada de las necesidades reales de la población.La combinación de pérdida de ayuda, instituciones débiles, divisiones internas y dependencia externa podría conducir rápidamente a un escenario de “Estado fallido” con incapacidad para proveer servicios básicos, conflictos internos por poder y recursos y vulnerabilidad a la injerencia de potencias extranjeras. Una etiqueta de “Estado fallido” no solo sería un golpe simbólico, sino que podría limitar durante décadas la credibilidad y capacidad de negociación palestinas.El dilema es profundo, y políticos y académicos “woke” lo saben, pero no lo dicen: ¿vale la pena sacrificar beneficios tangibles y una presencia internacional activa por un reconocimiento que podría dejar al país atado de manos desde el inicio? La independencia formal no garantiza ni seguridad, ni prosperidad, ni cohesión política. Sin reformas estructurales, unidad interna y un plan económico viable, el reconocimiento podría ser más una trampa que un triunfo.Un Estado palestino reconocido hoy corre el riesgo de ser un Estado en papel: una bandera y un asiento en la ONU sin los pilares que hacen a un país funcional. Y para millones de palestinos, eso significaría perder más de lo que se gana.
El cargo de embajador de Israel en Chile implica para mí orgullo, honor y desafío. Primero, el orgullo de representar a Israel; segundo, el honor de hacerlo en Chile; y tercero, el desafío de reimpulsar las relaciones bilaterales. Israel es una sociedad diversa, donde conviven judíos, musulmanes, cristianos, drusos y otras comunidades, en un mosaico cultural único en Medio Oriente. En mi misión, espero representar a cada uno de ellos, con sus respectivas particularidades y sensibilidades.Somos una nación que combina tradición e innovación, enfocándose en la investigación científica, tecnológica y médica para beneficio de la humanidad. Nuestros logros y modelos son de código abierto, siempre los compartimos, porque creemos en el principio judío del tikun olam, mejorar el mundo.Actualmente, atravesamos momentos difíciles en nuestra región. Israel enfrenta desafíos de seguridad, algunos existenciales, otros muy complejos, y en paralelo trabajamos por un futuro de paz y estabilidad para todos los pueblos de Medio Oriente.El ataque del 7 de octubre de 2023 cambió nuestra realidad. Israel no eligió esta guerra, pero tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos y llevar a los secuestrados de regreso a casa con sus familias. Entendemos que las consecuencias han sido dolorosas para todos, aunque la responsabilidad no es de Israel. Trabajamos para que la ayuda humanitaria llegue a quienes la necesitan, y esperamos que los que tienen poder de decisión en Gaza prioricen el bienestar de su población.Chile es un país que me genera profundo respeto y admiración. Es uno de los países geográficamente más lejanos de Israel, pero nos unen principios como la democracia, las libertades civiles, el respeto a la diversidad y la búsqueda de equidad social, entre otros.Llegó a Chile en un momento desafiante para nuestras relaciones diplomáticas; sin embargo, confío en que los lazos históricos entre chilenos e israelíes trasciendan las diferencias. A través de la cooperación hemos desarrollado sinergias muy relevantes en temas como agricultura, gestión hídrica, ciberseguridad, salud digital, telecomunicaciones, seguridad ciudadana, tecnología satelital, educación ambiental y muchos más. Estas iniciativas sin duda van a cimentar nuevos puentes de cooperación.Como diplomático de carrera, luego de haber representado a Israel en China, Japón, Francia, Hungría, Paraguay y Colombia, creo en el diálogo como herramienta fundamental para resolver los conflictos y superar las diferencias. Por eso, al iniciar esta travesía en Chile, espero entablar conversaciones significativas con todos quienes compartan un interés genuino en contribuir a la paz en Medio Oriente y a la cooperación entre Israel y Chile.--Ficha del Nuevo Embajador Peleg Lewi:Origen: Nació en Uruguay en 1968, hijo de padre uruguayo y madre argentina. Pasó su infancia en Israel en un hogar judeo-latinoamericano.Formación: Licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Posteriormente cursó un magíster en Cultura en la Universidad Paris VIII, Francia.Idiomas: Habla hebreo, español, inglés y francés, lo que facilita la conexión con Chile y América Latina.Carrera diplomática: Ingresó al servicio exterior de Israel en 1994.Primer destino: Angola y luego en Colombia, Hungría, Francia y Japón.Fue embajador en Paraguay (2014), donde reabrió la embajada en Asunción tras más de una década cerrada.Durante la pandemia ejerció como cónsul general en el sur de China.Últimos cargos: Enviado para la agenda global de la Cancillería israelí (2022) y asesor senior en el Ministerio de Turismo (2023).Vida personal: Casado, parte de la comunidad LGBTIQ+.¿Qué aporta a Chile?:Su experiencia internacional en diplomacia política, cultural y económica, sumada a su manejo de varios idiomas y su cercanía con América Latina, representan una oportunidad para profundizar los lazos entre Chile e Israel en tecnología, innovación, seguridad hídrica y comercio, además de tender puentes con la comunidad judía local.
Distintas señales, de diferente procedencia y fecha, convergen sobre un mismo diagnóstico: el antisemitismo en Chile dejó de ser un fenómeno marginal.Ya en 2022, EE.UU. había sido informado de esta situación por parte de la enviada especial de ese país para Monitorear y Combatir el Antisemitismo, Deborah Lipstadt, quien estuvo en Chile y declaró que “la comunidad judía local se siente muy presionada”, subrayando que “Washington toma muy seriamente el problema”.Tras los ataques del 7 de octubre de 2023, el antisemitismo se convirtió en una emergencia global. “Desde Medio Oriente hasta América Latina, la amenaza se ha extendido y normalizado”, dice Jonathan Greenblatt, director general de la Anti-Defamation League (ADL). Chile no ha quedado al margen de esta tendencia. Si en 2022 Deborah Lipstadt había levantado la alerta, después del 7 de octubre la atención volvió a estar en Chile: Nazila Ghanea, relatora especial de la ONU para la libertad de religión o de creencias emitió en junio pasado una advertencia directa al Presidente Gabriel Boric sobre un “posible aumento” de actos antisemitas en el país, aludiendo a vandalismo, hostigamiento y amenazas dirigidas contra personas e instituciones de la comunidad judía en Chile, vandalización de lugares de culto, confrontaciones e intimidación en recintos religiosos. “La falta de rendición de cuentas sobre amenazas, actos de hostigamiento y vandalismo a sinagogas podrían generar una cultura de impunidad”, aseguró, aludiendo directamente a la necesidad de una acción estatal para proteger a una minoría vulnerable.El diagnóstico fue reforzado la semana pasada por el Informe Anual de Derechos Humanos del Departamento de Estado de EE.UU. (2025), que documenta el aumento de contenido antisemita en redes sociales, protestas con discursos de odio, profanaciones de lugares de culto y grafitis con esvásticas en distintas ciudades del país. El informe subraya, además, que Chile alberga la diáspora palestina más grande fuera de Medio Oriente y que la agenda del gobierno ha sido abiertamente crítica de Israel, factores que elevan la temperatura del debate público tras el 7 de octubre de 2023 y que intensifican su polarización tras la guerra en Gaza.Sin embargo, también han surgido señales favorables. Para enfrentar la inmovilidad de la ley que tipifica la incitación al odio y la violencia (2017)- que busca sancionar conductas que promueven odio por motivos de religión, origen étnico, género, orientación sexual o ideología- en 2023, el Congreso aprobó el Proyecto de Resolución N.º 248, que solicita al presidente designar un “enviado especial” para monitorear y combatir el antisemitismo. La iniciativa contempla además reforzar las medidas de sensibilización y educación, establecer protocolos de denuncia y de conducta para todos los funcionarios públicos, con el fin de resguardar el principio de no discriminación y evitar expresiones antisemitas en los órganos del Estado. Asimismo, insta a que Chile mantenga una postura activa contra el antisemitismo y toda forma de discriminación en coordinación con organismos internacionales.El antisemitismo, presente en Chile desde antes de 2023, se intensificó con la guerra en Gaza y la creciente polarización interna. En este escenario, el país se encuentra en un punto de inflexión que, en otras naciones, ha llevado a la adopción de decisiones trascendentes: condenar el antisemitismo de manera inequívoca, implementar estrategias que involucren a todos los estamentos, fortalecer los sistemas de monitoreo y registro, promover la educación sobre la cultura judía y avanzar hacia una legislación específica contra este fenómeno.Es así como EE.UU. cuenta con una enviada especial para monitorear y combatir el antisemitismo y los países de la Unión Europea han desarrollado una estrategia para enfrentarlo. Sus acciones se centran en la educación, la seguridad de las comunidades y la promoción de la vida judía. En ese marco, la adopción de la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA) ha sido un elemento central para dar respuesta a esta expresión de odio, entendiéndola con un estándar internacional. Considerando la situación que atraviesa nuestro país, sería una señal contundente que Chile decidiera adherir a este organismo que reúne a 35 naciones. Esto permitiría seguir el ejemplo de Argentina, que cuenta con una ley que penaliza el antisemitismo y otras formas de odio, y que adoptó la definición de la IHRA como marco de referencia. En la misma línea, cabe destacar la Ley contra el Antisemitismo promulgada en junio de este año por el Gobierno Provincial de Santa Cruz (Argentina). Si ello va de la mano del proyecto presentado en el Parlamento chileno, podríamos lograr una política pública que sigue ejemplos de países que han tomado acción para combatir este fenómeno, que no solo afecta a los judíos, sino que erosiona los principios de la convivencia y la democracia. El desafío es colectivo, y este es el momento de actuar. Debemos estar informados y unidos para lograr los cambios que nos permitan seguir viviendo en paz en nuestra patria, como lo hemos hecho desde el S. XVI, cuando llegaron los primeros judíos escapando de la Inquisición.“Nunca más” es ahora.
La Torá enseña en Vaikrá 19:28 que no debemos grabar tatuajes, una norma que, según nuestros sabios (Makot 21a, Rambam, Shulján Aruj), nos separa de costumbres idolátricas y recuerda que el cuerpo es sagrado, creado Betzelem Elohim. Aunque está prohibido tatuarse voluntariamente, la halajá es clara: un tatuaje no te hace menos judío ni impide el entierro en un cementerio judío (Igrot Moshe YD II:61). El mito de la “prohibición de entierro” carece de base y es parte de un mito para desincentivar la práctica del tatuaje. En la Shoá, los números tatuados no fueron pecado, sino heridas forzadas que hoy son símbolos de memoria y resistencia como explica Rav Ovadia Yosef z”l (Yabia Omer YD 3:11). Rabinos contemporáneos como Jonathan Sacks recuerdan que la identidad se “escribe en el corazón” más que en la piel. La halajá mantiene la prohibición, pero responde con respeto, escucha y dignidad hacia toda persona, con o sin tatuajes.
Bruce Alan Beutler nació en Chicago el 29 de diciembre de 1957 en una familia judía; su padre era geneticista y su madre periodista. Estudió secundaria en la Escuela Politécnica de Pasadena, se matriculó en la Universidad de California en San Diego, donde se graduó a la edad de 18 años en 1976, e ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago en 1977, donde egresó a la edad de 23 años, en 1981.Desde 1981 hasta 1983, Beutler continuó su práctica médica en la Universidad de Texas en Dallas como interino del Departamento de Medicina Interna, así como residente en el Departamento de Neurología. Entre 1983 y 1985 hizo su postdoctorado como becario en la Universidad Rockefeller. Se convirtió en profesor asistente en la Universidad Rockefeller en 1985, así como biofísico asociado al hospital universitario entre 1984 y 1986. Beutler regresó a Dallas en 1986 como profesor de la Universidad de Texas. También fue asistente de investigación en el Instituto Médico Howard Hughes, donde se mantuvo durante los siguientes 14 años. Se convirtió en profesor e investigador asociado en 1990, llegando a ser profesor titular en 1996. En 2000, Beutler se marchó al Instituto Scripps en La Jolla, California, como profesor del Departamento de Inmunología. En 2007, fue nombrado director del recién creado Departamento de Genética en dicho Instituto.En su juventud, Beutler desarrolló un interés por las ciencias biológicas. Algunas de sus experiencias formativas en biología incluyeron trabajos en el laboratorio donde laboraba su padre y posteriormente en el laboratorio de un genetista de mamíferos conocido por sus trabajos en evolución, estructura del genoma, y la diferenciación sexual. Además, trabajó en los laboratorios de un experto en la biología de los lipopolisacáridos, también denominados endotoxinas, y en el de una autoridad en el virus del herpes simple. Posteriormente, Beutler profundizó la investigación en el virus del herpes simple y en los lipopolisacáridos, lo que le ayudó a comprender los mecanismos de la resistencia a las infecciones que posteriormente denominó como autoinmunidad.Cuando bacterias, virus y otros microorganismos atacan el sistema inmunitario, este se activa. Cuenta con dos líneas de defensa: la inmunidad innata y la inmunidad adaptativa. Beutler ha contribuido a la comprensión de cómo los llamados receptores detectan microorganismos y activan la inmunidad innata. En 1998, al estudiar ratones con mutaciones, descubrió un gen que participa activamente en el desarrollo de un receptor que se une al lipopolisacárido, sustancia producida por varias bacterias patógenas. Beutler es conocido principalmente por ser pionero en estudios de los mecanismos moleculares y genéticos asociados a la autoinmunidad. Fue el primero en aislar el factor de necrosis tumoral alfa en ratones (TNF), y en demostrar el potencial inflamatorio de esta citocina, demostrando su importante papel en el shock inducido por endotoxinas. Posteriormente, ideó moléculas recombinantes diseñadas expresamente para neutralizar el TNF, moléculas que fueron posteriormente usadas como el medicamento Etanercept para el tratamiento de la artritis reumatoide, enfermedades de Crohn y psoriasis, así como otros tipos de inflamaciones.Es miembro de las Academias Alemana de las Ciencias Naturales, Leopoldina, Nacional de Ciencias y de las Artes y Ciencias de los Estados Unidos. Ha recibido muchos premios y galardones. Se casó con Barbara Lanzl en 1980 y se divorció en 1988; tiene tres hijos
Mauricio Cohen llegó a Israel en 2015 con un doble sueño: crecer como médico y como persona. “Siempre sentí que Israel era el lugar donde quería formar mi hogar y criar a mi familia. Además, sabía que acá se desarrollaban algunas de las tecnologías más avanzadas en medicina, especialmente en mi campo: la otología”, relata.La otología es la rama de la otorrinolaringología que trata los problemas del oído. Desde sus años de estudiante, Cohen se sintió cautivado por las estructuras minúsculas, pero vitales del oído medio e interno. “Me impactaba cómo algo tan pequeño podía tener un efecto tan grande en la vida de una persona”.Su llegada al Hospital Rambam de Haifa fue, según dice, una mezcla de esfuerzo y hashgajá —la creencia de que, además del trabajo propio, hay una guía superior que dirige los pasos—. Allí encontró un entorno de excelencia médica, pero también humano: “Un lugar donde la ciencia y el compromiso con el paciente van de la mano”.La familia Fridman–Schacher: de Santiago a Beit ShemeshCatalina Fridman Sinay y su esposo Shmuel Schacher vivían en Chile con sus cinco hijos cuando comenzaron a notar que algo no estaba bien con la audición de su hijo mayor, Yejiel. “Al principio usó audífonos, pero su pérdida auditiva fue avanzando. Cuando un oído ya no respondía, decidimos hacer aliá para poder llegar al Rambam y al doctor Cohen lo antes posible”, recuerda Catalina.Tres meses después de instalarse en Israel, Yejiel, entonces de seis años, recibió su primer implante coclear. Dos años más tarde, él mismo pidió el segundo: “Hoy escucha espectacular con sus implantes”, dice su madre con orgullo.La historia se repitió con Efrat, la menor de la familia, pero con un avance más rápido de la pérdida auditiva. “El doctor Cohen nos propuso algo distinto: operar ambos oídos al mismo tiempo y encender los implantes casi de inmediato, sin esperar el mes que suele indicarse. Era arriesgado, pero no queríamos dejarla un mes sin escuchar. Confiamos en él… y fue un éxito total. En menos de 20 horas de operada, Efrat ya escuchaba por ambos lados”.Innovar para escuchar antesLa decisión de encender el implante al día siguiente fue una primicia en Israel. “Tradicionalmente, esperamos un mes para que el oído sane antes de activar el dispositivo. Pero en este caso, por la edad de Efrat y su situación clínica, decidimos probar. La reacción fue inmediata: sonrió al escuchar, y su hermano la acompañó en ese primer momento. Fue un instante que nunca olvidaré”, confiesa Cohen.Este tipo de casos, asegura, abre nuevas puertas en la especialidad: “Nos obliga a replantear protocolos, a confiar en la capacidad de recuperación de los pacientes y a buscar formas de hacer la medicina más rápida, más humana y más cercana”.Un nuevo hogar y una nueva red de apoyoLa vida en Israel trajo para la familia más que un tratamiento médico. Catalina destaca la cobertura del sistema de salud —100% para la operación y los implantes—, la posibilidad de elegir hospital, marca y modelo, y un entorno educativo adaptado: “En el colegio de Yejiel, el Ministerio de Educación adaptó la sala con techo especial, aire acondicionado silencioso y sistemas de sonido. Además, el gobierno otorga horas extra de apoyo pedagógico y múltiples beneficios para familias con discapacidad auditiva”.En Beit Shemesh, la integración social ha sido ejemplar. “Mi hija está en un gan (jardín infantil) con otras niñas con hipoacusia, con maestras expertas en audición y lenguaje. Hay actividades comunitarias para niños y familias en nuestra misma situación. Todo esto les da a mis hijos confianza y la sensación de que la sociedad los valora”, comenta Catalina.Más que medicinaEl camino no ha estado exento de desafíos, pero la familia ha aprendido a ver lo positivo. Incluso, durante los momentos difíciles como las alarmas de misiles, Catalina rescata un detalle curioso: “En las noches de guerra, los dos con implantes son los que mejor duermen, porque no se despiertan con las sirenas”.Para el doctor Cohen, estos años en Israel han reafirmado su decisión de hacer aliá: “Historias como la de Yejiel y Efrat me recuerdan que la medicina no es solo ciencia, sino también arte, fe y conexión humana”.La experiencia de ambos —el médico y la familia— refleja el espíritu de la palabra aliá: un ascenso, no solo geográfico, sino vital. De Santiago a Haifa, pasando por quirófanos, aulas y parques, esta historia demuestra que cuando la innovación médica se encuentra con la voluntad de una familia, el resultado es mucho más que oír: es volver a escuchar la vida.Un círculo que se cerró con músicaCuando Yejiel, el hijo mayor de la familia Fridman–Schacher, ya escuchaba plenamente gracias a su implante coclear, comenzó a desarrollar un oído musical extraordinario y una voz muy afinada. Un día, al enterarse de que el hijo mayor del doctor Cohen entraba al ejército israelí, decidió enviarle un regalo muy especial: le cantó en hebreo el Mi Sheberaj, la bendición que se dedica a los soldados para protegerlos mientras sirven a Israel. “Para nosotros fue un momento ‘guau’. Sentimos que se cerraba un círculo bellísimo: nosotros habíamos ayudado a que él escuchara y desarrollara esas habilidades, y ahora él las usaba para apoyarnos a nosotros. Fue muy lindo y emocionante”, recuerda el doctor.
Pareciera que algunos no aprenden de las malas experiencias. En un año marcado por las elecciones de noviembre próximo, un grupo de parlamentarios ha puesto en el debate propuestas que suenan populares, pero cuyo alcance es extremadamente dañino para la economía.Dentro de esas iniciativas, cabe mencionar la eliminación del uso de la UF en algunos mercados, en particular para los créditos hipotecarios. La propuesta ignora los impactos de una medida de esta naturaleza, volviendo a instalar miradas simplistas, miopes y sin fundamento técnico. Su aplicación llevaría a un colapso de los créditos hipotecarios, junto a un profundo deterioro en el mercado de capitales. Recordemos que la UF es un mecanismo diseñado como protección frente a la inflación, lo que es especialmente relevante para plazos largos, donde la incertidumbre es mayor. Por lo mismo, el mercado de instrumentos en UF ha permitido un desarrollo único en el mundo emergente de créditos a 10, 20 o 30 años plazo. El acceso a vivienda se tornaría imposible para buena parte de las familias con la eliminación de la UF, al tiempo que la capacidad de crecimiento y desarrollo del país retrocedería fuertemente. La forma correcta de protegerse frente a la inflación es a través de la política monetaria. En ese ámbito, el Banco Central ha llevado a cabo su tarea de forma impecable desde hace más de tres décadas, cuando se definió su actual marco autónomo y técnico. Se suma a la reciente ola populista, la idea de levantar los límites en la indemnización por años de servicio. Esto encarecería de sobremanera la contratación de trabajadores, introduciendo mayor rigidez a la que ya evidencia el mercado laboral. Hoy tiene mayor fundamento proponer una rebaja en los años a indemnizar y fortalecer el seguro de desempleo. Esto contribuiría en la reducción en la tasa de desocupación, cuyo equilibrio, estimado en la actualidad en torno a 8,5%, es 2% mayor al registro de hace unos pocos años.No se puede dejar de lado, aunque con algún menor desparpajo, el proyecto del gobierno de cambio del sistema de financiamiento universitario CAE por el FES. La propuesta, a diferencia del sistema vigente, pone fuertes limitaciones a los aranceles que libremente debieran fijar las propias universidades, en coherencia con sus planes de desarrollo. Esto llevaría a una pérdida de autonomía, junto con un deterioro en la calidad de la educación que imparten las universidades, con el consiguiente impacto a la formación profesional. Los cuestionamientos técnicos apuntan también a distorsiones que se suman al marco tributario, al elevarse el impuesto personal, aunque con algunos límites, para quien recibió el beneficio. Como era esperable, el solo hecho de cuestionar el CAE ha llevado a un alza escandalosa en la morosidad asociada a este financiamiento, debilitando aún más las alicaídas cuentas públicas.Si bien es altamente probable que estos proyectos altamente dañinos desde lo económico y social sean rechazados en su tramitación parlamentaria, el solo hecho de ponerlos en el debate genera ruido e inestabilidad. Lo anterior, porque revela una alta polarización política y pone de manifiesto que algunos parlamentarios siguen mirando la próxima elección como guía para sus acciones y propuestas. Mientras no volvamos a poner el foco en el largo plazo, se desvanecerá cualquier posibilidad de elevar nuestro potencial de crecimiento y desarrollo.