publicado 10 Marzo 2023
“Conscientemente y voluntariamente, estoy abriendo un aspecto muy personal de mi vida para ser leído por cualquier persona que lo quiera leer”
Norman, como se refiere Susan Mailer a su padre, era una conocida figura pública. Pero su faceta privada, su rol como padre, sus seis matrimonios y nueve hijos, y la relación -entre México y Estados Unidos- con su hija mayor era una historia que estaba pendiente por ser contada. Y analizada.
Periodista, cineasta, actor y uno de los principales narradores del Siglo XX, Norman Mailer (1923-2007) es un ícono de la cultura norteamericana. Criado en una familia judía de Nueva York, estudió en Harvard y luego en la Sorbonee; fue soldado en la Segunda Guerra Mundial; fundó el célebre semanario “The Village Voice”; fue arrestado por manifestarse en contra de la Guerra de Vietnam; era el escritor favorito de Jim Morrison y ganó el Premio Pulitzer dos veces.
Susan Mailer, psicoanalista, casada con un chileno y avecindada en el país desde los años ‘80, se embarcó en el desafío de escribir y describir a su padre en su vida personal. “En otro lugar”, el libro publicado en español publicado por Lumen en el año 2022, da cuenta de esta introspección, que la autora abordará en profundidad junto a la escritora chilena Daniela Márquez, en una actividad organizada por el Departamento de Extensión Cultural del Círculo Israelita de Santiago, CIS, el martes 28 de marzo, a las 19 hrs., en el Mercaz.¿Cómo llegó a vivir a Chile?-Llegué por amor, porque me enamoré de Marcos Colodro en México. Cuando él pudo volver a Chile, porque estaba exiliado en México, me invitó a visitar con él, a ver si me gustaba. Y conocí a sus hijos, porque él tenía un matrimonio anterior, y a toda la Familia Colodro, que es muy grande. Yo quedé encantada con la familia, con los hijos y decidimos venirnos a Chile en el año ‘80. Y llevo, haciendo cuentas, 42 años acá, casi ininterrumpidos. ¿Qué hacía usted en México? -Mi mamá y mi papá se separaron cuando yo tenía un año y medio, mi mamá conoció a un mexicano en Nueva York y se enamoraron. Fue uno de estos amores así de inmediato. Ella fue a ver si le gustaba México y le encantó, y me llevó con ella con el permiso de padre. Así que crecí en México, mi infancia y mi adolescencia las pasé ahí. Y cada año iba a ver a mi papá por tres meses, en los meses de invierno del Norte. Él pasaba mucho tiempo en México, también, especialmente en los primeros años, iba con su segunda esposa, pasaban tiempo allá e iban a las corridas de toros. Les gustaba bastante la vida mexicana. ¿Tenía una relación cercana con su padre? -Tuvimos una relación bastante cercana, muy intensa y muy fragmentada, por las distancias. Cuando estábamos juntos era muy intenso, pero cuando él se iba o yo volvía a México había un vacío. Entonces mi libro trata de eso, por eso se llama “En otro lugar”. Porque yo crecí con la sensación de que siempre estaba en otro lugar, afuera, emocionalmente y geográficamente. Muchas veces, cuando estaba en México, quería estar en Estados Unidos y viceversa.En una entrevista previa usted comentó que el origen del libro “En otro lugar” (2022) fue una conferencia que presentó sobre su padre. -Claro, ese fue el primer capítulo, pero en ese momento yo no estaba pensando en un libro. En Estados Unidos todos los autores conocidos tienen sociedades en su honor, entonces se reúnen una vez al año o cada dos años. En el caso de mi papá, la Sociedad Norman Mailer se encuentra una vez al año y realizan conferencias. Es gente erudita, que estudia y hace clases sobre Norman en diferentes universidades y sobre sus trabajos, lo que escribió. En el año 2014 me pidieron que diera la charla para cerrar la conferencia y que hablara de alguna anécdota que pudiera interesarle a la gente, algo personal. Yo pensé sobre qué es lo que podría contarle a esas personas que no supieran de Norman y me imaginé que no sabían mucho sobre sus visitas a México. Así que decidí escribir sobre las veces que me llevó a ver los toros, tenía cinco años, la primera vez que me llevó. Y ese se convirtió en el primer capítulo del libro, que se llama “Mi papá, el toro y yo”. La conferencia me hizo sentir el deseo de escribir más sobre él y además de escribir sobre un lado del que no se conoce mucho, que es su rol como padre. Él fue una persona tremendamente conocida en Estados Unidos, fue una voz importante de la segunda mitad del Siglo XX, tanto en términos políticos, como sociales y culturales, fue un referente. Entonces mi idea fue mostrarlo como padre, con sus luces y sombras, claro que tuvo muchos errores, obviamente, pero también muchos aciertos. Entonces me embarqué en esta tarea nada fácil de escribir un libro, porque yo creo que es lo más difícil que he hecho. Y lo escribí primero en inglés, fue publicado en Estados Unidos, y después una editorial se interesó y me preguntó si estaría dispuesta a traducirlo. Al principio pensé que no, pero me di cuenta de que podía hacerlo. Así que me tardé un año en traducirlo.Para mí fue algo muy importante haber traducido el libro, fue reparador, fue un segundo análisis. Había muchas cosas en las que yo no había pensado con la profundidad con las que las pensé para escribir el libro. Además, traducirlo me permitió unir mis dos mundos, era como que yo podría juntar el inglés con el español, que siempre los había tenido totalmente separados. México con Estados Unidos; Chile con México y con Estados Unidos. Eso fue muy importante para mí.¿Cree que su formación como psicoanalista la hizo sentir la necesidad de describir esta faceta más personal de su padre?-Son dos respuestas las que te puedo dar. Creo que ser psicoanalista me ayudó a escribir el libro, entenderlo y analizarlo. Ahora, me preocupé de no usar ninguna palabra psicoanalítica, sino más bien de tratar de describir, porque es un libro para público general. Pero sí usé mis conocimientos para analizar qué me pasó a mí como a mi mamá, qué me pasó con mis hermanos, en fin. La otra parte de la respuesta es que yo creo que el ser psicoanalista fue una de las cosas que me detuvo de escribir el libro, porque como terapeuta uno no se muestra mucho con sus pacientes. Ellos saben de ti lo que muestras, como tu personalidad, tu forma de intervenir, pero no tienen detalles de tu vida. Y aquí yo, conscientemente y voluntariamente, estoy abriendo un aspecto muy personal de mi vida para ser leído por cualquier persona que lo quiera leer.