“La inclusión y la innovación son, para mí, los pilares más importantes de Ruaj Ami”
Por LPI
Nimrod, ¿Hace cuánto tiempo eres parte de la Comunidad Ruaj Ami y que te motivó a acercarte a esta comunidad?
-Como muchos jóvenes que salen del Instituto Hebreo, pasé por un largo tiempo “Ni ahí” con participar de alguna vida judía comunitaria, hasta que decidí casarme. Suena cliché pero así es. Uno vuelve de a poco a buscar sus raíces cuando piensa en hacer familia. Entonces fue que con Dani empezamos a buscar una comunidad donde casarnos. Nos tincó Ruaj Ami por ser de corte más liberal que el resto y enganchamos rápido con el rabino de ese momento, Chaim Koritzsinsky, quien había llegado hace no mucho de Estados Unidos. Lo primero que me llamó la atención fue la disposición de las sillas, con dos medias lunas donde las filas se miran de frente, y quienes conducen el servicio, incluido el rabino, son parte del mismo círculo, como lo es también el Harón Hakodesh. Era algo lejano al concepto más clásico de sinagoga o púlpito. Recuerdo que me pareció muy interesante que a pesar de verse todo un tanto austero, algo pasaba en la gente que cantaban fuerte las canciones y la atmósfera que se generaba era muy especial. Rab Chaim hacía cosas muy originales con la Tefilá, como empezar Shabat con una pequeña meditación o entablar conversaciones en la mitad de un midrash con alguien que venía por primera vez. En esa época Ruaj Ami operaba en una casa, y si bien era difícil abstraerse de la idea de estar rezando en un living, la música de Mimi y Javi perfectamente ejecutada más el carisma y creatividad de Chaim y la mezcla ecléctica de gente, hacían que hubiera algo muy especial en todo.
Luego están los jaguim, donde días previos se dividen las iniciales de los apellidos para ver quién trae qué y terminamos con mesas llenas de comida hecha en casa, haciendo Purim en el jardín. O por ejemplo, llevarte la sorpresa de recibir un Midrash de la Paty Politzer en Iamim Noraim.
¿Desde cuándo eres parte del Directorio?
-Hace dos años entré al Directorio invitado por mi amiga Debbie Ergas, con el objetivo de liderar las comunicaciones. Fue muy sincrónico, porque en el fondo yo quería ayudar a que mi comunidad deje de ser el Ruaj Ami “underground” que había sido por 10 años, ya era hora de que más gente la conociera.
Algo que sentí desde un comienzo, es que había que potenciar más el hecho de que pertenecemos a la WUPJ.org (World Union For Progressive Judaism), que luego me enteré que es la organización mundial de comunidades más grande del mundo, con cerca de 1.200 comunidades liberales repartidas en 50 países, sin saber que esto sería una pieza fundamental para innovar durante la pandemia.
¿Cuáles son, para ti, los principales valores que definen a esta comunidad?
-La inclusión y la innovación son, para mí, los pilares más importantes de Ruaj Ami. Y si lo piensas bien, estos dos pilares están conectados entre sí, porque en la diferencia o la diversidad está finalmente la innovación. Al igual como D-s tiene diversos nombres en la Torá, creemos que una comunidad con distintas visiones puede alcanzar una unidad más íntegra.
Aunque los rumores indican que en Chile hay cerca de 100 mil personas que tienen raíces judías, somos alrededor de 18 mil judí@s quienes tenemos ascendencia directa y nos auto-denominamos judí@s, sin embargo es sabido que cada año en Iamim Noraim, que son las fechas que más congregan a judíos, si sumamos todas las comunidades de Chile, con suerte llegamos a 6.000. ¿Qué pasa con esos 12 mil judí@s que faltan? ¿A qué comunidades asisten? Y si no asisten, ¿por qué no lo hacen? Es normal que algunos simplemente no enganchen con los ritos y se hagan llamar “laicos”, pero -a mi forma de ver- muchos de ellos probablemente no conocen una opción distinta donde pueden vivir un judaísmo más libre. Lo mágico de ser judío es que puedes ser ateo y sentirte igualmente judío que un ortodoxo, y eso es lo apasionante, lo diversa que ha sido siempre nuestra historia.
En definitiva, Ruaj Ami busca ser una alternativa para todos aquellos que buscan un lugar donde sentirse cómodos con su judaísmo, porque no basta con hablar sobre inclusión y seguir pensando el concepto como un valor. La inclusión debe ser más que un valor, una práctica, y dan muchas ganas de que todos esos judíos que están al borde de la asimilación o los que están de frentón asimilados, vuelvan de alguna manera a casa. Si uno mira lo que sucede en comunidades de la misma corriente judía liberal en países como Estados Unidos o lo que esta pasando en las comunidades liberales en Israel, uno puede ver que son comunidades prósperas en constante crecimiento, donde conviven familias de papá/mamá judía con familias de matrimonios mixtos, compartiendo en armonía con otras familias de parejas del mismo sexo, entre otros. De eso se trata nuestra búsqueda de inclusión, de dar una opción a quienes buscan vivir un judaísmo de corazón abierto, sin miedo, y al mismo tiempo nos beneficiamos de las bondades del pluralismo.
Luego está la innovación. En Ruaj Ami usualmente decimos que nuestra búsqueda espiritual conecta más con el fondo que con la forma de las cosas. Y aquí rescatamos siempre una cita del Rabino Kook: “Lo antiguo se renovará y lo nuevo se santificará”. O como dice la canción de Shabat: “Shiru la Adonai Shir Jadash (Cantemos a Adonai una canción nueva)”. Si la historia de nuestro pueblo ha perdurado por más de 3.500 años, en gran parte ha sido gracias a su constante transformación, y esa transformación tiene directa relación con la innovación. Innovar no se refiere solo a llegar y cambiar las cosas porque sí, sino a conocer en profundidad lo antiguo para luego revivirlo y hacerlo nuevamente nuestro. Por ejemplo, que todos los viernes busquemos darle un sentido a las brajot de las velas, por ejemplo concentrándonos en mandar un mensaje de luz a todos quienes sufren por COVID19, o que -por ejemplo- nuestra jazanit, Ester Cohen, cante “Gracias a la vida” en hebreo para Sucot 2019, agradeciendo la llegada de una nueva primavera, que podamos hacer Kabalat Shabat Online invitando a diversos rabinos de distintas partes del mundo a darnos una reflexión y que este último Tisha ve Av contemos con Rudy Haymann para darnos un Midrash sobre resiliencia.
Finalmente, Ruaj Ami busca una forma creativa y moderna de vivir el judaísmo, sin olvidar la importancia de comprender y estudiar lo antiguo.
¿Y qué crees que la distingue de otras comunidades?
-Yo soy un fiel creyente que una población judía que perdura y florece en su país necesita que todas sus puertas de entrada al judaísmo estén sólidas y abiertas, es decir que todas las corrientes judías tengan buenas representaciones a través de sus comunidades, y personalmente creo que en nuestro país las tenemos.
Hoy existe, por lo menos, la opción para que cualquier yehudí pueda tomar el camino que su corazón le diga, y eso es un lujo. Uno puede optar por vivir su judaísmo en el camino Ortodoxo, Masortí, Liberal o Laico. Cada corriente y cada comunidad tiene sus distinciones y eso es lo lindo. Debemos intentar de integrarnos lo más posible.
¿Quiénes asisten a Ruaj Ami, quienes son sus socios? Es decir, ¿cómo podrías definir a quienes forman parte de la comunidad?
-En Ruaj Ami somos alrededor de 60 familias socias y un grupo mediano de personas que de vez en cuando vienen a actividades y donan para nuestra continuidad. Actualmente tenemos a Bruno Conforti oficiando los servicios junto a Ester Cohen y el maestro Sergio Polansky. Justamente, este mes, ellos están cumpliendo un año con nosotros, desde que Diego, Mimi y Javi se fueron. Pero para responderte mejor la pregunta voy a citar un pedazo de nuestra página web: “Aquí venimos desde novatos y veteranos, activistas y ambivalentes, racionalistas y místicos; los que aman el hebreo y los que rezan más allá de cualquier lenguaje; los que sienten profundamente su identidad y pertenencia al pueblo judío pero no necesariamente se entusiasman con sus rituales y los que disfrutan de cada rito en forma apasionada, los que vienen de cualquier configuración familiar judía, los que poseen cualquier tipo de orientación sexual. Nuestro compromiso no es solamente con aquellos que piensan o sienten igual que nosotros sino con todos los que nos necesitan, con cada ser humano de buena voluntad sin distinción. Creemos en una forma de liderazgo que no es vertical ni rabino-céntrica sino horizontal y que empodera a cada uno donde se encuentra con el fin de crecer cada día más en su propio viaje. En Ruaj Ami no hay un mismo lugar al que todos deben llegar y acordar sino que estamos para acompañarnos celebrando la diferencia de la unidad en la diversidad milenaria de nuestro pueblo y la humanidad. Rezamos en forma circular sin nadie parado y otros sentados. El contrapunto y la armonía de nuestras voces y corazones constituye nuestra obra maestra. Aquí nadie viene a mirar hacia afuera ni a ser parte de un show sino a mirarse hacia adentro. A no ser servido sino a servirse de espiritualidad”.
¿Qué actividades desarrollan habitualmente?
-Este año inauguramos nuestra nueva sede en Estadio Israelita Maccabi, después de haber operado el año pasado en WIZO. Lástima que pudimos disfrutar poco de nuestro nuevo hogar en EIM dado que la pandemia llegó a un mes de habernos instalado ahí. Nuestras actividades van desde hacer Shabat y Shajarit, estudios y charlas sobre Torá, Talmud, Halajá, etc., celebración de jaguim, como también Bar Mitzvot, Shivot, y -en general- todas las praxis. Tambien hacemos actividades no-religiosas que son muy bien aceptadas por todos, como lo fue por varios años consecutivos el taller de mosaicos, la charla de arqueología bíblica, uno de nuestros socios armó una biblioteca modesta pero con buenos títulos, clases de hebreo y talleres de comida judía, arte y literatura. Todo eso, por supuesto pre-pandemia.
¿Y cómo han activado en esta pandemia? ¿Cómo ha sido la respuesta de la comunidad, también, a estas actividades?
-Yo creo que esta pandemia de alguna forma ha ayudado mucho a las comunidades a re-inventarse y descubrir nuevas formas de conectar con sus socios y visitantes. Este viernes se cumple el servicio de Kabalat Shabat Online de Ruaj Ami numero #23 desde que empezó el confinamiento. Y si bien antes de la pandemia eramos cerca de 30 o 40 personas cada Shabat, ahora orgullosamente podemos decir que tenemos más de 120 conexiones todos los viernes entre Zoom y Facebook. A su vez, y en parte gracias a la WUPJ.org, hemos accedido a rabinos con trayectorias increíbles que nos visitan cada viernes para regalarnos un Midrash de Shabat, como lo fue por ejemplo la visita virtual desde Costa Rica del Rabino Marcelo Bronstein, que también nos va a acompañar en los servicios online de Iamim Noraim. Otra marca que nació durante esta pandemia y que nos tiene entusiasmados son los “Ruaj Talks”, inspirada en los Ted Talks, donde ya llevamos seis ediciones invitando a rabinos como Sergio Bergman (ex ministro de Argentina) o Ruben Sternchein (Rabino de la comunidad más grande de latinoamerica, el CIP) a que nos hablen sobre temas como Judaísmo Liberal, La Muerte, Fe en Pandemia y Halajá en el Siglo XXI. Y todo a través de Zoom y Facebook. Así que, aunque nadie está feliz con esta crisis sanitaria, hemos recibido mucho apoyo de nuestros socios y nuevos socios diciendo que hemos sido un pilar muy importante para sobrellevar estos momentos difíciles. Ahora esperamos que al re-abrir nuestras puertas tengamos el “happy problem” de que nos quede chica la nueva sede.
Finalmente, ¿si tuvieras que invitar a los lectores de La Palabra a conocer la comunidad, qué les dirías?
-Antes de invitar me gustaría aprovechar el espacio para agradecer a todos quienes han hecho posible que Ruaj Ami exista desde su fundación. Son muchas las personas que han pasado por cargos directivos, voluntarios y litúrgicos que han dado su valioso tiempo para levantar la bandera del judaísmo liberal en Chile.
Por ahora, y mientras no podamos hacer nada prescencial, los dejaría a todos invitados a entrar a la pagina de Facebook de Ruaj Ami (www.facebook.com/ruaj.ami) y conectarse para vivir un Shabat con nosotros. Si les queda gustando, luego invitarlos a ver los Ruaj Talks que hemos realizado. Creo que esa es nuestra mejor carta de presentación actualmente. Y si D-s quiere, pronto podamos abrir nuevamente las puertas físicas para recibirlos de brazos abiertos en nuestro circulo de Shabat. Quién sabe, quizás les toca sentarse al lado del rabino.


