“Los lazos entre Israel y Chile son fuertes, y queremos aumentarlos, profundizarlos y llevarlos a otros niveles”
Parece que este primer año ha sido bastante intenso, ¿cierto? De altos y bajos. ¿Cuál sería, en general, el balance de esta primera etapa de su misión?-Estamos, después de un año, en el primer cuarto o tercio del camino, porque mi misión aquí es por tres o cuatro años. Entonces, en este año, lo que he hecho -además de aprender y conocer en terreno- es comenzar a llevar a cabo proyectos conjuntos con Chile, en diferentes áreas. Voy a comenzar con el más grande, que no salió, que es el proyecto espacial lunar que hemos ofrecido al Gobierno y al que decidieron no sumarse. Acepto y respeto la decisión, y -cuando hicimos la invitación- entre las posibilidades estaba que declinaran y que decidieran no sumarse al proyecto; es algo completamente legítimo. Hemos hecho una propuesta, atractiva a nuestros ojos, pero lamentablemente no fue aceptada. Israel está ahora en conversaciones con otros países en Europa, Asia y en otras partes. Vamos a seguir, porque este proyecto es maravilloso y tengo toda la esperanza que este proyecto salga. Además hemos hecho muchas cosas otras. Por ejemplo, uno de los temas principales que estamos trabajando es el tema del agua, estamos en contacto con el Gobierno, el Congreso, con las gobernaciones, las alcaldías, con el sector privado y la academia para encontrar soluciones. Por ejemplo, hace menos de dos meses estuve en Copiapó en la postura de la primera piedra de un proyecto de desalinización que será el más grande en América Latina, construido por una empresa israelí que se llama Solaer. Israel es líder mundial en materia de agua y por eso países que antes no han tenido ningún desafío en materia hídrica, hoy en día recurren a Israel, como Estados Unidos y países europeos que supuestamente pensaban que el agua no era un desafío y hoy viene a buscar soluciones en Israel. El agua no es lujo, es algo básico. Y aquí es un tema cada vez más relevante, por lo que estamos trabajando mucho en este área con todas las entidades, el mundo privado, público, académico,gubernamental, regional, todo. Tenemos muchas actividades también con la Comunidad Judía de Chile, CJCh, para ir en ayuda de las personas afectadas por los últimos desastres naturales aquí en Chile. Junto con la comunidad, con la nueva presidenta, Ariela Agosin, y con su equipo maravilloso, estamos trabajando juntos para apoyar y aliviar a los damnificados en distintas regiones. Fuimos a Ñuble, Maule y La Araucanía físicamente, para entregar ayuda y apoyo, y construimos huertos agrícolas que hemos donado junto con la comunidad a familias damnificadas. En el área cultural hemos tenido diferentes actividades. Antes de ayer, la película israelí “Valerie se va a casar” fue premiada en en el festival SANFIC. Esta semana estuvieron aquí en Chile el doctor Ahmad Nama del Hospital Hadassah, invitado por Hadassah Internacional y también estuvo aquí Mois Navon, un líder mundial en ética y tecnología de Mobileye, invitado por Jennifer Salvo y su empresa Soft Power. Hay mucha actividad, mucho intercambio, visitas de delegaciones del Congreso, de gobernadores, de alcaldes. Es muy amplio el intercambio,el flujo, a veces me sorprende ver el volumen de la relación entre Israel y Chile.Bueno, el proyecto espacial satelital de Chile sigue avanzando con una empresa israelí, junto con las autoridades chilenas, con la FACH y otros, y podemos hacer más, queremos hacer más en muchas otras cosas, por ejemplo en los estudios STEM, estudios de ciencia para mujeres y para la juventud en general, tenemos proyectos especiales que estamos compartiendo yque queremos seguir profundizando estos contactos.Por lo que lo que se le escucha, ¿diríamos que es un balance positivo, no?-Es un balance positivo, que puede ser aún mejor porque hay un interés mutuo de Israely de Chile en diferentes áreas.Lo menos positivo, entonces, sería el rechazo a participar en el proyecto lunar, ¿no? ¿Puedo preguntarle qué respuesta le dio el gobierno? -Sí, había dos razones: la primera, por razones presupuestarias, y la segunda es que llegar a la luna no estaba en los planes del gobierno. Obvio que si hubieran aceptado hubiera sido muy bueno, pero aún así el balance es positivo, pero nunca estoy satisfecho, hasta si hubieran aceptado hubiera dicho que podemos hacer más y quiero hacer más en todos los ámbitos, en todas las áreas, porque la relación Israel-Chile no comenzó ni hoy, ni ayer, ya tiene más de 70 años, con un estrecho intercambio a todos los ámbitos, en todas las áreas, agricultura y agua, defensa, ciencia, cultura, tecnología, etc.Los lazos entre Israel y Chile son fuertes, y queremos aumentarlos, profundizarlos y llevarlosa otros niveles. En eso estamos, tenemos muchos amigos, muchos socios, muchas personas que conocen y reconocen las capacidades de Israel y el potencial de las relaciones bilaterales. Y junto con todos estos chilenos y chilenas estamos trabajando para seguir adelante.¿Por ahí va su meta para este segundo año? -Sí, también la Embajada de Chile en Israel está muy activa, llevando a cabo diferentes proyectos, desde asesorar a Israel en materia de preparación para desastres naturales, donde Chile tiene mucha experiencia, y están asesorando a las entidades en Israel. Hace un mes tuvimos un Zoom en materia de incendios naturales, incendios mayores que Israel y Chile sufren en diferentes partes de la nación. Ahora mismo, cinco minutos antes de esta entrevista, tuvimos un Zoom entre las autoridades del Agua de Israel con la Dirección General del Agua. Repito, el volumen de la relación y su profundidad no deja de sorprenderme. En términos de estos socios que mencionaba usted, ¿dónde podría decir que ha encontrado la mejor recepción o colaboración? -Hay grupos de amistad interparlamentaria en ambas cámaras del Congreso, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado hay grupos sólidos. En la Academia recibimos un sinfín de peticiones de cooperación e intercambio.Embajador, cuando hablamos la primera vez, le preguntábamos sobre cuál sería la meta específica durante su misión e hizo mucho énfasis en el tema del agua, en lograr una efectiva colaboración en temas de agua, ¿cierto? ¿Cómo cree que se ha avanzado en esa meta hasta ahora? -Estamos avanzando muy bien. La gobernación de Biobío ha firmado, hace tresmeses, un acuerdo con la empresa israelí Mekorot, que los asesorará en materias de agua. Otras gobernaciones, alcaldías y entidades chilenas están en contacto con entidades y empresas israelíes. No todo se difunde o se publica, pero le puedo asegurar que hay mucho intercambio. Porque el desafío del agua en Chile es grave, según los mismos expertos chilenos. Y estamos dispuestos de compartir nuestra experiencia. ¿Cómo pasamos de una escasez extrema a una independencia hídrica? La mejor noticia, en este sentido, es que el agua ya no es un tema en Israel. Dejó de ser un tema, dejó de ser una preocupación. Hay agua y no dependemos de otros y no importa lo que pasa con el clima. Y no solo eso, estamos dando casi 10% de nuestra agua a Jordania, a nuestro vecino, y también a los palestinos.El tema del agua es un desafío, un reto importante para toda la región Medio Oriente y somos parte de la solución, no del problema. Embajador, a propósito de Israel en la región del Medio Oriente, hace poco se celebró un nuevo aniversario de los Acuerdos de Abraham. Y, al parecer, se avanza en conversaciones con otros países árabes. ¿La otrora enemistad de los países árabes con Israel se ha transformado en un espíritu de colaboración?-Es un cambio dramático, un cambio más que todo de paradigma, porque en nuestra mente tenemos Israel y el mundo árabe como algo en un estado de conflicto. Y no es el caso, ya desde la paz con Egipto en 1979 y con Jordania en 1994 comenzó el cambio. Pero con los Acuerdos de Abraham, que incluyen a los Emiratos Árabes, Bahrein, Marruecos y Sudán, el cambio es mucho más profundo y el intercambio comercial con estos países ha cambiado muchísimo, así como también el intercambio cultural. Es un cambio de paradigma y en nuestra mente tenemos que hacer este cambio de chip, que estamos en nueva situación, somos aliados, trabajamos juntos en todos los aspectos, también para enfrentar el cambio climático y los desafíos del Siglo XXI, el agua, la alimentación, los ciberataques y otros. Trabajamos juntos con países que antes fueron nuestros enemigos y hoy son nuestros aliados. Es un cambio dramático. No puedo dejar de preguntarle sobre la situación interna, las protesta y el conflicto respecto de la reforma judicial. ¿Podemos hablar de una crisis política en Israel? -Estamos en un momento delicado en Israel, en el cual los dos lados quieren fortalecer la democracia, pero no coinciden en cuál será la mejor forma de hacerlo. Hay negociaciones todo el tiempo y el Presidente de Israel -que es una figura más simbólica, no tiene poder político pero sí tiene poder moral- está haciendo todo en su alcance para llegar a un acuerdo, porque si no todos perdemos, y si llegamos a un acuerdo todos vamos a ganar. Entonces no se trata de perdedor y ganador, o de que uno tuerza la mano del otro, sino de cómo llegar a la mejor forma de fortalecer la democracia en Israel. Y estas manifestaciones, durante estos meses, con mucha gente, de los dos lados, muestra la fortaleza de la democracia. Siete u ocho meses de manifestaciones sin una víctima, sin un acto de vandalismo, todo pacífico, pero con diferencias ideológicos, muestra el carácter democrático profundo de la nación. Y no tengo la menor duda de que en ningún punto nos vamos a convertir a una dictadura, porque en Israel, de todos los lados, de todo el país, todos queremos democracia y no podemos vivir en otra forma que no sea democrática.Para cerrar, le quiero preguntar sobre el impasse que tuvo hace algunos meses en la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, con esta manifestación de diputados en contra de su persona. Siempre se dice, citando una canción, “Y verás como quieren en Chile al amigo cuando es forastero”, destacando el buen trato con quienes visitan el país. ¿Ha sido así para usted? -Sí, me siento muy cómodo, vine a trabajar y si este trabajo tiene a veces un costo, lo asumo con amor. No tengo ningún problema, estoy muy orgulloso de representar a mi país, creo en mi país, en sus valores y en sus capacidades, y creo en las relaciones entre Israel y Chile. Entonces, cuando enfrentamos un obstáculo, lo solucionamos y seguimos adelante, nada nos va a frenar.