Si D´s es bueno, ¿por qué ocurren cosas malas?
Por Gachi Waingortin
La primera vez que leí esta traducción (la que ofrece el rabino Edery en nuestro sidur es un poco más suave) quedé pasmada. ¿Es así como los judíos percibimos a D´s, como un ser iracundo que nos exterminaría si no fuera porque se contiene…a veces? ¿Es verdad que creemos en un D´s tan cruel como algunos dicen? ¿Por qué nuestros sabios eligieron este versículo, entre tantos otros, para formar parte de nuestras oraciones diarias?
Lo primero que debemos hacer es analizar el salmo en su totalidad para ver este versículo en su contexto. El salmo 78 describe la relación de D´s con el pueblo de Israel: múltiples actos de rebeldía del pueblo e igualmente múltiples muestras de paciencia divina. El mensaje parecería ser que no importa cuántas veces nos equivoquemos, D´s siempre estará dispuesto a darnos una segunda y una tercera oportunidad. Es bueno recordarlo, como pueblo y como individuos. Debemos intentar ser mejores, evitar lo más posible el error. Pero somos humanos. La perfección no es nuestro atributo, aunque a veces nos exigimos eso y mucho más. Recordar que el perdón de D´s es más accesible de lo que creemos puede ayudarnos a aceptar que somos falibles, a perdonar y perdonarnos.
Podemos intentar otra respuesta comprendiendo la visión de mundo del monoteísmo judío. A veces la realidad espanta. Más allá de las guerras, ciertas enfermedades y el hambre, que son responsabilidad humana, hay volcanes, terremotos, tsunamis, huracanes, toda suerte de calamidades. ¿Cómo debemos interpretarlas? ¿Cómo entra en esta ecuación la idea de un D´s misericordioso?
Algunos concluyen que el mundo es un caos. No hay ley ni orden. Esto nos exime a los seres humanos de toda responsabilidad sobre nuestros actos. Las cosas suceden porque sí, todo depende de la suerte, somos simples espectadores. Si la realidad carece de sentido, nada lo tiene. No hay nada que uno pueda hacer al respecto, solamente tratar de pasarlo lo mejor posible. Nada más. Como judíos no podemos tomar una actitud así. El concepto de tikún olam se opone a una visión nihilista de la vida.
Otros piensan que, si bien D´s es bueno, la fuerza del Maligno actúa no solo sobre la naturaleza, sino también sobre las conductas de las personas. Esta idea resuelve la existencia del mal, tanto humano como divino. Podemos recurrir a D´s como fuente de toda la bondad y circunscribir la maldad a un ámbito acotado de la realidad. Pero esta perspectiva lesiona fuertemente el concepto del D´s único. El mundo estaría regido por dos fuerzas, una responsable de toda la bondad y la otra de toda la maldad. Los judíos no podemos aceptar esto. Equivaldría a pensar que la ocurrencia de cosas malas se debe a que, en el equilibrio de fuerzas, D´s salió derrotado.
La única solución que podemos encontrar desde el judaísmo es que el ser humano tiene libre albedrío y D´s, siendo esencialmente bueno, es el único responsable de toda la realidad. En Isaías 45:7 D´s se define a Sí mismo como “Yotzer or uboré jóshej; osé shalom uboré et hará”. El que “forma la luz y crea las tinieblas; el que hace la paz y crea el mal”. Nuestros sabios colocaron este versículo en un lugar central de nuestras tefilot: como iniciación de la lectura del Shemá Israel de la mañana que, no casualmente, es la proclamación de nuestro monoteísmo. Pero con una leve modificación. Decimos: “Yotzer or uboré joshej; osé shalom uboré et hakol”. “Forma la luz y crea las tinieblas; hace la paz y lo crea todo”. Queda más suave, sin modificar el mensaje: si D´s es el creador de todo, lo es también de lo malo. Suena duro, pero es la única manera de comprender la existencia del mal sin tener que resignarnos al caos ni introducir un “antidios”.
¿Qué puede hacer D´s cuando, utilizando nuestro libre albedrío, fallamos a los principios éticos que Él nos ordena? En el Talmud (Shabat 104a) Reish Lakish plantea que D´s no interviene cuando nos decidimos a hacer el mal, pero nos ayuda cuando decidimos hacer el bien. Como pueblo, hacemos esto aun sin ser conscientes de ello. No culpamos a D´s por la esclavitud en Egipto, pero agradecemos que nos haya sacado de allí. Como individuos tenemos las dos opciones, y a veces nos confundimos. A veces culpamos a D´s por nuestras dificultades, pero eso no nos ayuda a evitarlas, por el contrario, nos deja solos y desamparados. La otra opción, agradecer por las redes de contención, por el cariño y la solidaridad que hallamos en nuestro camino y por la fortaleza que D´s puede entregarnos si se Lo permitimos, nos ayuda a enfrentar los desafíos. D´s lo crea todo, pero nos ayuda a sobrellevar las dificultades.
Debemos ser conscientes de que las cosas siempre podrían estar peor. No es obvio vivir en un país en paz, no es obvio tener salud o sustento. Si no valoramos, no agradeceremos mientras dure lo bueno. Yo nunca había valorado que los bancos o las farmacias tuvieran vitrinas acristaladas, era algo obvio. Ahora me doy cuenta de que lo di por sentado y no lo agradecí.
¿De qué puede servirnos tener en mente el versículo 38 del salmo 78? Para recordar que D´s nos tiene mucha paciencia y, por lo tanto, debemos ser pacientes con los errores de los demás y con nuestras propias falencias. Y porque al recordar que todo podría ser peor, tomaremos conciencia de que todo está mejor, aun cuando la realidad diste mucho de ser perfecta. Nos quejaremos menos, exigiremos menos, esperaremos menos de la vida, agradeceremos más y podremos sorprendernos por cada pequeña cosa buena que veamos a nuestro alrededor.