La primera despachadora de Hatzalah
Por LPI
¿Desde cuándo eres parte de Hatzalah?
-El 2016, Roberto Gorodischer me contó que Shmuel Shajer quería traer Hatzalah a Chile. Me entusiasmé inmediatamente, ¡era mi sueño! Me explicaron que no se iban a tener rescatistas mujeres pero que existía la posibilidad de ser parte de la Central de Despacho (donde se reciben las llamadas y se despacha a los rescatistas). Así comenzamos un periodo de marcha blanca en el que los tres éramos despachadores y ellos dos eran, a la vez, rescatistas, de un total de ocho.
¿Qué trabajo es el que realiza un despachador? ¿Funciona por turnos? ¿Dónde realizas este trabajo físicamente?
-Un despachador se encarga de recibir la llamada, categorizarla, tomando los datos del paciente y su ubicación, asegurándonos que la escena es segura para los rescatistas. También debemos determinar el nivel de conciencia de la persona, si es que respira, indagar sobre la posibilidad de contagio COVID19 y enfermedades de base. Además, preguntamos sobre seguros médicos o convenios hospitalarios, si se necesita ambulancia u otros servicios de emergencia. A la vez, podemos dar las primeras indicaciones, como por ejemplo RCP, detención de hemorragias, etc.
Hoy somos tres despachadoras activas y una que está con post natal. En general, estamos conectadas 24/7. Cada despachadora trabaja con dos celulares para poder recibir la llamada en uno y despachar con el otro. Trabajamos full en equipo, ya que durante las llamadas tenemos que estar como un pulpo (usando las manos que no tenemos). Nos apoyamos 100% en cada emergencia.
Por ahora no existe una central de despacho, cada una atiende desde el lugar en el que se encuentre.
A través de nuestra campaña de fundraising (para ampliación del perímetro y capacitación de nuevos rescatistas y despachadoras), el 2 de agosto comenzamos un curso de formación de radio-operadores y telefonistas de emergencia, dictado por el Colegio Americano de Cirujanos. Se incorporaron cinco nuevas despachadoras, y esperamos a 15 nuevos rescatistas. De esta forma, en el futuro podremos llegar a más lugares y tendremos la posibilidad de hacer turnos.
¿Cómo te tuviste que capacitar para realizar este trabajo?
-Cuando partí, la base que me dieron los estudios de Arsenalería Quirúrgica fueron fundamentales. De todas maneras, el mayor aprendizaje fue sobre la marcha. El 2018 se incorporaron dos despachadoras, Ivonne B. y Galia R. Este año se incorporó Taly L. De esta forma, Roberto y Shmuel quedaron liberados de la central de despacho y pudieron dedicarse exclusivamente al rescate.
La capacitación continua es muy importante para nosotros, por lo que -el 2018- las despachadoras nos incorporamos a el entrenamiento de primeros auxilios que se dictaba en el curso de formación de siete nuevos rescatistas. Luego participamos en “Los primeros siete minutos”, impartida por Maguén Adom Israel (MDA), y distintas capacitaciones de médicos de la comunidad sobre temas actuales, como COVID19 y primeros auxilios psicológicos.
También hacemos reuniones en las que revisamos los casos y procedimientos para ir mejorando como equipo, asesorados siempre por nuestro Director Médico.
¿Y cómo ha sido esta experiencia hasta ahora? ¿Cómo te sientes siendo la primera mujer en el rol de despachadora?
-La experiencia ha sido increÍble. Por momentos muy intensa y a veces complicada, ya que en muchas ocasiones conocemos al paciente. Es difícil mantenerse al margen emocionalmente, por tratarse de una comunidad tan pequeña. Me siento muy afortunada de haber tenido la posibilidad de integrarme al grupo desde sus comienzos y ser testigo de cómo hemos ido avanzando responsablemente, buscando profesionalizarnos cada día. Es un tremendo orgullo ser parte de Hatzalah, un equipo que trabaja completamente comprometido en ayudar a otros de forma desinteresada, aunque esto implique salir de la casa a cualquier hora, en cualquier situación, ya sea Shabat, reuniones familiares, etc.
Haber sido la primera mujer en entrar a un equipo de puros hombres fue un desafío, pero rápidamente me sentí acogida y respetada. Me siento conmovida y entusiasmada por formar parte de algo tan trascendente. Espero que otras mujeres se animen a entregar parte de su tiempo a ayudar a los demás y, por qué no, en un futuro formar el primer equipo femenino de rescatistas en Chile.
Quiero aprovechar de agradecer especialmente a Ivonne, Galia y Taly por hacer posible el trabajo de todos los dias; la Central de Despacho funciona gracias al trabajo en equipo, no sólo una persona.
Hoy en día en que muchos se enfocan en los aspectos negativos de la sociedad, ser testigo de la entrega, la bondad, el compromiso y el cariño que cada integrante de Hatzalah aporta en cada atención me da esperanzas de que cada uno de nosotros puede ser un agente de cambio y aportar con un granito de arena para hacer un mundo mejor.